La vida de Mila Suárez, entre la artesanía y la naturaleza en Pereda de Ancares

En el pequeño pueblo de Pereda de Ancares, donde apenas residen 50 vecinos, Milagros Suárez, más conocida como Mila, se ha convertido en un pilar fundamental dentro de la comunidad. Nacida en Madrid, pero con raíces en Quintela de Balboa, Mila ha dedicado su vida a la conservación de la cultura, el patrimonio y las tradiciones de su tierra. “Mi padre era de Quintela de Balboa. Siempre he tenido mucha relación con el pueblo”. Es por eso que tras terminar el COU, decidió venirse a vivir en el Bierzo definitivamente.

Al regresar a su pueblo, comenzó a trabajar con ganado, cuidando vacas y abejas. Pronto se involucró en la creación de una asociación cultural en la zona de Balboa, donde organizaban distintas actividades como magostos y fiestas. “Empezamos el tema de las pallozas, arreglamos la de Cantejeira y organizamos muchas actividades culturales”, recuerda. Sin embargo, la vida le llevó a emigrar al País Vasco durante algunos años, donde trabajó en el sector de la hostelería. A pesar de sus ocupaciones, nunca dejó de lado su conexión con la restauración y la cultura de su pueblo.

“Regresé a Balboa y tuve la palloza del pueblo con unos socios. Hicimos muchos conciertos y programas con el INJUVE”, explica. Con el tiempo, su vida se fue diversificando. Mila tiene una pasión especial por la restauración de casas. “Siempre me ha gustado mucho arreglar casas, la restauración. Nos pusimos a restaurar una casa aquí en Ancares”, señala con cariño hacia el lugar que ha convertido en su hogar.

Junto a su marido, Mila fundó Artesanía Pumareda, donde cada día se embarcan en proyectos que mantienen viva la tradición. Sin embargo, su vida no ha estado exenta de desafíos. Mila menciona una enfermedad que interrumpió su trabajo en la construcción de tejados y la talla de madera: “Tuvimos que dejar la talla grande. En Marcelle hicimos muchas cosas”, lamenta la mujer con cierta melancolía.

Pero su espíritu indomable la llevó a seguir colaborando con asociaciones locales, como La Morteira y Amigos del Tejo, donde se dedican a preservar el patrimonio natural y cultural de la zona. Para Mila, la vida en este pequeño pueblo es maravillosa. “Si te gusta el pueblo, no te llega el día casi. Aquí siempre hay cosas que hacer”, asegura. La rutina de Mila en Pereda de Ancares incluye el cuidado de su huerta, el trabajo en el taller, la burocracia de Pumareda y la Junta Vecinal, hablar con turistas que pasan por el pueblo… “Te levantas, desayunas y a funcionar”, añade con una sonrisa.

Además de ser artesana, a Mila también le apasiona la cocina y la pintura. “Mis labores, aparte de la casa, que ya es bastante, es preparar los pedidos, programar lo que hay que hacer, rematar las piezas, hacer talleres, trabajar en la tienda…”, explica.

En un mundo donde lo rápido y lo barato parecen predominar, Mila defiende la importancia de la artesanía tradicional. “Hay gente que sí valora el trabajo, especialmente aquellos que tienen sensibilidad. Pero también hay quienes piensan que es carísimo y que esto lo hago yo”, comenta. En el taller de su casa, cada pieza cuenta una historia y lleva consigo el amor y el esfuerzo de su creador, su marido Domingo, y en ocasiones ella. “Una pieza hecha a mano te transmite muchas más cosas porque le pones muchas horas y cariño. La gente lo nota”, dice con orgullo.

La falta de jóvenes que deseen aprender estos oficios, así como la despoblación en los pueblos, es otra de las preocupaciones de Mila. “Es muy difícil, la gente ya no quiere vivir en los pueblos. Llevo muchos años luchando porque la gente quiera venir, pero es complicado”, lamenta. Su compromiso con la comunidad es evidente, y su esfuerzo no ha pasado desapercibido. En 2022, su empresa Pomarego recibió el reconocimiento de la marca de la reserva de la biosfera de España. “Éramos los primeros en toda España en la categoría de artesanía de madera”, asegura orgullosa.

A pesar de los retos, Mila se muestra esperanzada. “Creo que deberían planteárselo desde las administraciones, que no desaparezcan los pueblos”, enfatiza. A sus 58 años, Mila ha sabido transmitir su amor por la tierra y las tradiciones. En Pereda de Ancares, la vida de Mila es un testimonio de resistencia y pasión por la artesanía, la comunidad y el entorno.

Premios Mujer 2024

El Ayuntamiento de Candín – Valle de Ancares, con el alcalde José Antonio Álvarez Cachón al frente, ha propuesto a esta berciana como nominada a los Premios Mujer 2024 que organiza El Bierzo Digital. Estos premios buscan reconocer y galardonar la encomiable labor de todas las mujeres y, especialmente, de las de nuestra comarca. Es la cuarta vez que el Ayuntamiento de Candín apoya esta iniciativa y en años anteriores pudimos conocer las historias de Mariluz Carballo, Clara Fernández y Ana Belén López.