El manejo de los tiempos y la emergencia sanitaria han permitido al tripartito que gobierna el Ayuntamiento de Ponferrada sacar adelante sin demasiado ruido una decisión que en otras circunstancias hubiese tenido mayor contestación social. Se trata de la subida del agua en un 9,7% y la nueva tasa por la recogida de basura, aprobadas en plenas fiestas navideñas (el 27 de diciembre del año pasado), aunque quedaba el fleco de las alegaciones presentadas contra esta última medida.
Sin público en la sala por la pandemia del coronavirus, la transmisión por internet sufriendo continuas interrupciones y con la atención política y mediática depositada en el plan de reactivación, las alegaciones fueron desestimadas y la tasa (que supondrá a los bolsillos de los particulares entre 36 y 48 euros al año, según las calles, y alrededor de 150 a los comercios) obtiene luz verde para su aplicación.
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