Los vecinos del Valle de Finolledo han llenado sus calles con elementos decorativos hechos a mano utilizando materiales reciclados. Desde un cisne blanco que sirve como jardinera hecho de viejos neumáticos, hasta guirnaldas que cuelgan de las casas, flores que decoran el tronco de los árboles y luces.
Fue durante la primavera cuando los habitantes de este pueblo berciano decidieron llevar a cabo esta labor para dotar al pueblo de un mayor interés turístico. Ahora, todo aquel que lo desee, podrá visitar estas pequeñas piezas artesanas hechas con mucho cariño.