Las partes integrantes de la Mesa por el futuro de León han entrado en una escalada de despropósitos de incierto final. Y la responsabilidad, toda la responsabilidad, es de los sindicatos UGT y CCOO. No es de recibo que la pasada semana los sindicatos lanzasen un ultimátum al resto de las instituciones que conforman la Mesa para urgir una reunión, que, en teoría, debería celebrarse mañana, 16 de septiembre en Villablino. No será así porque nunca existió una convocatoria en firme y porque algunas instituciones, como la Diputación o el Consejo Comarcal del Bierzo, no han recibido la famosa carta ultimátum de los sindicatos y, como mucho, Morán, presidente de la Diputación, asegura que tan solo le llegó un whatsapp con remite sindical.
La Mesa por el futuro de León se disuelve como un azucarillo en el agua. Y la responsabilidad es sólo y exclusivamente de CCOO y UGT. Ellos fueron los que tuvieron la idea, los que convocaron las grandes manifestaciones de febrero pasado en León, Ponferrada y Villablino; ellos y sólo ellos generaron las enormes expectativas ciudadanas e hicieron creer a los leoneses que con las movilizaciones la crisis económica leonesa tenía solución. Sí, la gente cumplió –cumplimos- y salió en masa a la calle espoleada por los sindicatos, los cuales, al final, no supieron o no quisieron administrar el enorme capital cosechado por el éxito de esas manifestaciones y prefirieron traspasar su responsabilidad a las administraciones públicas para que fueran ellas las que plasmasen en hechos concretos las demandas ciudadanas. Un error. Tremendo error.
Pero ¿cómo se puede encomendar soluciones a quienes son los responsables de la decadencia de León? Al Gobierno central, a la Junta y a la Diputación sólo se les puede aplicar ya el palo y dejar la zanahoria. Son estas administraciones las que han castigado a León con sus recortes en todos los servicios, con unos presupuestos públicos cicateros en las últimas décadas y con una pertinaz ineficacia administrativa.
Los sindicatos leoneses, por otra parte, han hecho dejación de su responsabilidad asumida ante los miles de manifestantes de febrero permitiendo que el liderazgo del movimiento ciudadano lo asumiesen desde Valladolid los responsables de UGT y CCOO de la Comunidad. Incluso a los líderes sindicales leoneses se les negó la voz como portavoces de la Mesa por León siendo sus colegas vallisoletanos quienes la ejercieron. No, no soy partidario del victimismo ni del antivallisoletanismo, pero la dejación de UGT y de CCOO de León es clamorosa e inexplicable.
¿Y ahora qué?, ¿qué van a hacer los sindicatos leoneses si mañana no se reúne en Villablino la reunión de la Mesa por León?, ¿van a sacar los tanques dialécticos a la calle?, ¿se van a rasgar las vestiduras?, ¿van a pedir explicaciones al maestro armero?, ¿van a dimitir?, ¿van a dar explicaciones públicas?
Al final la presión se puede volver en contra de los sindicatos. El presidente de la Diputación exigía ayer “lealtad” a los sindicatos en la Mesa por el futuro de León y hasta dejaba caer la amenaza de abandonar la maltrecha Mesa si seguían las presiones sindicales. La historia al revés. Ahora resulta que los sindicatos van a terminar por ser los malos de la película, cuando fueron los impulsores de todo este movimiento ciudadano. Otra cosa es que lo han gestionado mal, muy mal.