Unidad política y empresarial, reclama el mantenedor de las Jornadas Maragatas

Los principales y más afamados establecimientos de restauración de la comarca de Astorga comenzaron ayer su edición número XX de las Jornadas de Cocina Maragata y que estarán vigentes hasta finales de este mes de abril. En el acto inaugural ante las autoridades de la zona, representantes de las asociaciones empresariales y buena parte de la prensa local y provincial el mantenedor de este año, el periodista astorgano y editor de El Bierzo Digital-Diario del Bierzo, Alejandro J. García Nistal, protagonizó una amena disertación en la que recordó los orígenes maragatos de su familia materna así como sus vinculaciones a establecimientos de comidas de Astorga. Tuvo muchas referencias a las anécdotas de su devenir como profesional ligadas a momentos de los lugares y personajes conocidos a la hora de comer, algunos con tinte de pequeña ultrahistoria, de eso que no se cuenta en las crónicas informativas. Realizó una alabanza a los productos y platos de la tierra, así como aportó su opinión histórica al origen del cocido maragato. Y, cómo no, también tuvo en su alocución tiempo para “tirar de las orejas” a la clase política por su desunión local, a la excesiva disgregación en organizaciones a la clase empresarial y animó a trabajar por el garbanzo pico pardal, por Astorga y por su patrimonio cultural gastronómico.

Por su parte, el presidente de la Asociación El Borrallo, Jesús Prieto, agradeció y felicitó la presencia de García Nistal. Explicó los pormenores de las Jornadas recién inauguradas y asintió con el mantenedor en la idea de que “no nos pase como con la cecina, que tuvo que poner el marchamo de león por cuestiones políticas”. El primer teniente de alcalde, Juan Simón, así como el presidente de la Cámara de Comercio de Astorga, Juan Carlos Fernández, asumieron el reto de trabajar juntos por AStorga. Algo que otros presentes, como Jacinto Bardal por el PP con parte de su grupo, Pablo Peyuca del PAL-UL y varios restauradores más hicieron votos porque lo hablado allí surtiera su efecto.