Entre los numerosos problemas que tiene España, a juzgar por lo que ha dicho Don Pedro Sánchez y que aparece en el programa del Partido Socialista, uno de los más importantes parece ser que es el que aún se siga estudiando la religión, tanto en los colegios públicos, como en, los concertados. Resulta un tanto extraño que este problema no esté en boca de todos, en las conversaciones en los bares o en las tertulias familiares, pues el líder de la oposición da a entender que es urgentísimo buscarle una solución.
La solución que el digno sucesor de Zapatero sugiere no es tan drástica como algunos podrían pensar, pues no se niega rotundamente a que la religión salga de la escuela, sino tan sólo del horario escolar, como una actividad extraescolar. Supone que tanto los padres como los alumnos estarían encantados de volver por la tarde, una vez terminadas las clases, a estudiar religión. Ni Felipe González, ni Alfonso Guerra, ni el mismísimo Zapatero llegaron tan lejos. Más aun, hay que decir que Felipe González en cierta manera dignificó bastante la asignatura. Ciertamente no era tonto.
Nos gustaría saber si la propuesta de Sánchez se hace desde la ignorancia o desde el odio a la religión. También podrían darse las dos causas simultáneamente. Se quiera o no, la religión ha tenido y tiene un papel muy importante en la historia en general, y en la vida de las personas. Desconocerla significaría sencillamente ignorar la historia. Es imposible entender sin la religión a Grecia, Roma, Egipto, Mesopotamia, la Edad Media, El Renacimiento o el panorama actual, aunque solo fuera para entender algunas guerras o la base de los derechos humanos y la lucha por la justicia. Ignorar la condición religiosa del ser humano, equivale negarse a comprender la esencia el hombre, a reducirlo a un miembro más del reino animal.
Se da la circunstancia de que la asignatura de religión es de las pocas que se pueden elegir libremente y que la elige cerca del 70 % de los estudiantes. Es imposible hacerlo de forma más democrática. ¿Por qué no se respeta el derecho y la libertad de los padres? En fin, ¿por qué será que algunos están tan obsesionados con todo lo que hace referencia a la religión y se oponen tan absurdamente a la formación integral de los alumnos? Tal vez porque son incapaces de hacer y ofrecer otra cosa.