Gala Gancedo González, estudiante de Biología en la Universidad de León (ULE), ha llevado a cabo este verano un interesante proyecto titulado Etnobotánica en el alto Sil y Laciana, en el marco de las Becas RALBAR de la institución académica y la Fundación Banco Sabadell, dirigido a la recopilación de datos sobre el uso de las plantas en los pueblos del Alto Sil (municipios de Palacios y Páramo del Sil).
El objetivo era realizar un inventario detallado de especies vegetales, en el que se incluyera su nomenclatura científica, el nombre o nombres con los que tradicionalmente se les conoce en la zona, su hábitat, una fotografía, e información sobre el saber popular vinculado a los diferentes usos que se les ha dado.
Para alcanzar su propósito, la joven investigadora ha realizado cuatro ‘calechos’ en Páramo, Tejedo del Sil, Salientes y Palacios, reuniones abiertas en las que los vecinos compartieron su conocimiento, y recordaron historias que vivieron juntos. En ellas se conocieron algunos usos de plantas y, a modo de ejemplo, se aprendió a hacer un repelente de insectos a base de plantas aromáticas.
También se realizaron una docena de entrevistas ‘semiabiertas’ con personas que poseían mucho conocimiento sobre etnobotánica, y se hizo una salida o excursión con los vecinos para recoger plantas por el monte y por el pueblo, en la que se recogieron unas 50 especies que después fueron secadas y etiquetadas para el herbario de la ULE.
Una experiencia enriquecedora en muchos aspectos
Aunque no ha conseguido recopilar tanta información como quería, porque “en verano con las festividades a veces es un poco complicado poder contactar a las personas y organizar una reunión”, Gala Gancedo González se muestra muy satisfecha por el trabajo que ha desarrollado. “He aprendido, -comenta-, que se necesita paciencia y mucha organización para llevar a cabo un proyecto, lo que me ayudará en un futuro a mejorar y a ser todavía más eficiente. Pero estoy muy contenta con todo el trabajo e información que he recopilado”.
Para la estudiante de la ULE la experiencia ha sido enriquecedora en muchos aspectos. “En cuanto a mi formación como estudiante de biología, -explica-, he aprendido un montón de usos que no conocía sobre las plantas, como que el agua de Genciana se utilizaba para lavar las heridas, o que el marrubio o el orégano se usan para curar el catarro. He aprendido a recoger e identificar plantas y etiquetar los datos adecuadamente. Pero también he desarrollado habilidades sociales, he aprendido a soltarme para hablar en público y para realizar entrevistas, pero lo más bonito ha sido interactuar con los vecinos de los pueblos y que compartieran un montón de historias y de cómo vivían antiguamente, eso son cosas que no puedes aprender de los libros”.
Por todo lo apuntado, Gala Gancedo afirma estar muy agradecida por la beca Ralbar de la Fundación banco Sabadell y la ULE, que le ha permitido “llevar este proyecto junto al club Xeitu y realizar estas actividades junto los ayuntamientos de Palacios y Páramo, y que tanta gente haya sido tan amable y hayan participado tan activamente”.
También desea expresar su gratitud a su tutora de proyecto, la profesora Estrella García, “que me ha instruido, animado y enseñado como llevar a cabo esta recopilación de datos”, y cita también a su padre, Ángel, “que me ha ayudado un montón a llevar a cabo este proyecto”.