Unión Minera del Norte (Uminsa) ha comunicado a los representantes de los trabajadores la decisión de iniciar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afectará a la totalidad de su plantilla propia. Se trata de un ERTE suspensivo por causas de la producción -sin extinción de ninguno de los contratos de trabajo-, cuyo alcance y efectos dependerán de los acuerdos que puedan alcanzarse con el comité de empresa y de las negociaciones que en las próximas semanas va a mantener con las compañías eléctricas a las que ha venido vendiendo su producción.
Esta reducción de los suministros a las centrales térmicas desde que finalizara la vigencia del Real Decreto de Restricciones por Garantía de suministro- hace más de un año, ha afectado a todas la empresas del sector y ha tenido especial intensidad en Uminsa. “Es con mucho la compañía que más ha tenido que reducir su producción, arrastrando en este proceso a muchas de sus compañías auxiliares, en especial a su operador de cielo abierto, ROEL, actualmente en liquidación con más de 200 empleos perdidos”, apostillaron desde la empresa.
Así, señalaron que el objetivo del expediente es salvaguardar la continuidad de la compañía ante una eventual reducción e incluso suspensión total de las ventas a térmica, que podría tener lugar a partir del próximo 1 de abril. En su opinión, el único responsable de la situación es un Gobierno que, de forma palmaria y persistente, ha venido incumpliendo su propio marco de actuación de la minería del carbón 2013-2018 y dando pasos sin descanso en la liquidación del sector, provocando el rosario de ERTE y concursos de acreedores en las empresas mineras, junto al hartazgo de las compañías eléctricas a las que se prometió un apoyo al consumo de carbón que nunca llega.
Por otra parte, Uminsa quiere salir al paso de determinadas informaciones que la sitúan al frente de grandes “confabulaciones” contra la Compañía Minera Asturleonesa (CMAL), obviando que a favor de esa minera se resolvió la controversia que se mantuvo en relación con la explotación del cielo abierto de Cerredo y que, incluso, debió recurrir al incremento de la plantilla de interior -mediante contratas- para cumplir con los suministros contratados.
“Nadie podrá sostener seriamente que Uminsa tenga capacidad de influencia sobre el Instituto para la Reestructuración para la minería de Carbón (IRMC), que le denegó las Ayudas en 2012, y que los problemas del actual empresario de CMAL con la Seguridad Social son tan antiguos y tan conocidos por todo el mundo, que solamente los más ingenuos pueden caer en esta estrategia para achacar a terceros, responsabilidades propias”, puntualizaron.
Por último, desde Uminsa señalan que “el más elemental sentido común indica que solamente desde la unidad de empresas y trabajadores -que otros y no Uminsa enterraron en el paseo de la Castellana el verano de 2012- se podrá sobrevivir a la actual situación, a la espera de que un nuevo gobierno retome con carácter de urgencia el cumplimiento del Plan pactado y propicie la supervivencia de las unidades competitivas más allá de 2018”.