La Federación de Servicios Públicos de UGT en León denunció este jueves la “dejadez” de la Junta con el operativo de incendios por las “condiciones precarias” que viven sus trabajadores en diversos aspectos. Las quejas se han trasladado tanto a la Inspección de Trabajo como al Procurador del Común y se mantiene abierto un conflicto colectivo por el incumplimiento del acuerdo de mejoras firmado en 2017. “La peor chispa incendiaria que existe es la Junta”, lamentó el sindicato en una comparecencia de la secretaria provincial del sector, Ruth Sanz y de una delegada sindical y manguera del operativo, Inmaculada Miguel.
Entre las deficiencias que detallan se encuentran el estado de las torres de vigilancia, que en su mayoría no están dotadas de agua corriente, luz (se puede solventar con placas solares), sistemas de comunicación con el Centro Provincial de Mando (CPM) “en condiciones” (las emisoras fallan y se realizan comunicaciones en muchas ocasiones con los dispositivos telefónicos móviles del empleado no teniendo en el puesto de trabajo un sistema para cargarlos), material de limpieza suficiente, papel higiénico, combustible para la calefacción -que en la mayoría de los casos es leña- o un sistema de evacuación organizado en caso de incendio en la masa forestal colindante al centro de trabajo, “lo que hace que el trabajo se esté llevando a cabo en unas condiciones que en muchos casos no cumplen con los requisitos mínimos de salud e higiene”. Añaden que hay torretas como la de Manzaneda donde llevan años “conviviendo” con una colmena y la Junta no soluciona ese problema.
Ni duchas, ni taquillas
En el caso de los vehículos autobomba, algunos tienen más de 30 años y presentan fallos en elementos de seguridad, las bombas tienen carencias por falta de mantenimiento y en los arreglos prima más el tema económico que la calidad del mismo. El trabajo, aseguran, sale adelante debido a la gran voluntad de los trabajadores, que en la mayoría de los casos no tienen un lugar donde cambiarse, duchas, taquillas donde dejar sus equipos de protección individual (EPI) y pasan su jornada laboral sufriendo las inclemencias del tiempo.
“Pero lo que más incomprensible parece es que si asisten a un incendio se deben llevar el mono a sus casas, puesto que no tienen ni una zona donde tender los trajes para que se ventilen y además al no tener duchas tienen que esperar a llegar a sus casas para poder higienizarse. Además, los EPI no son adecuados a las condiciones climáticas del trabajo, ni tienen tallaje femenino”, lamentan.
UGT insiste en que se necesita un operativo en el que se valore el bienestar del empleado público, se respeten todos los derechos del trabajador y se refleje en nómina la peligrosidad del trabajo. Además, esta Organización ya exigió en su día que se retribuya de alguna manera una cuantía al personal que desempeña sus funciones en las torretas, dado que deben llegar a su destino en su vehículo particular, y las pistas por donde acceden están fuera de la red de carreteras, por lo que si tienen algún incidente no hay ningún seguro que lo cubra.
Sin calendario laboral
El sindicato también lamenta que no se proporcionen los calendarios como marca la legislación vigente. “Además, esta Administración cree que puede realizar modificaciones a sus empleados/as interrumpiendo sus días de descanso, los medios de comunicación empleados para dichas modificaciones no son los adecuados y en muchos casos son los compañeros los encargados de transmitir las mismas, creando indefensión de los trabajadores en caso de error en la comunicación e impotencia al sentirse infravalorado en el operativo”, critican.
COVID-19
El colectivo llevó a cabo funciones de desinfección durante la situación de emergencia sanitaria y los test de doble anticuerpo que les dijeron que les practicarían no se han llevado a cabo a todo el operativo. Solo se les dotó de una mascarilla FPP2 para los distintos días en los que se realizaron labores de limpieza y los EPI de los primeros días eran de baja calidad (una quirúrgica y una ffp2).