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La berciana Tvitec ha ofrecido un total de 14 millones de euros por la empresa de cristales curvados Cricursa, en concurso de acreedores desde finales del año pasado, y quedarse con 125 de sus trabadores, de los 270 que la forman hoy, según avanza La Vanguardia.
La oferta de Tvitec implica la aceptación de los pasivos de las naves, así como de las deudas laborales con los trabajadores que se integren en su empresa y de las deudas con la Seguridad Social correspondientes a esas personas. En total, los pasivos que asumiría Tvitec rondarían los 14 millones. A esta cantidad hay que sumarle el pago de 400.000 euros.
El juez ya ha dado traslado de la oferta a los trabajadores y deberá ahora valorar la propuesta de esta empresa berciana y, a continuación, abrir un proceso competitivo para comprobar si actúan otros inversores.
Cricursa
Alejandro Sasplugas Moré y Fernando Figuerola Tutusaus fundaron la firma en 1928. Barcelona se preparaba entonces para acoger la exposición universal para la que Mies van der Rohe idearía su mítico pabellón, y el primer trabajo de Cricursa quedó muy cerca de ese icono de la modernidad: en el vidrio de las lámparas de las fuentes de Montjuic.
Esta compañía consolidó su nombre como referente del vidrio curvado, un material en auge por aquel entonces, así como por la habilidad de la empresa para proporcionar a arquitectos y constructores diseños hechos a medida.
En los noventa, la compañía estableció un departamento técnico con la finalidad de ampliar su capacidad de respuesta frente a las exigencias del mercado, convirtiendo a CRICURSA en una empresa de reconocido prestigio internacional dentro del sector del vidrio curvado y laminado.
Sin embargo, a finales del 2021 y causa de la crisis provocada por la pandemia, esta empresa y cinco de sus compañías filiales presentaron concurso de acreedores en los juzgados de Barcelona con deudas que ascendían hasta los 60 millones de euros. Al frente de la compañía se encontraban Ferran Figuerola y Alejandro Sasplugas, miembros de la tercera generación familiar.
El concurso llegó tras dos años de dificultades para la compañía por la caída de la demanda a causa de la pandemia, que coincidió, además, con un periodo de fuerte inversión en el que el grupo triplicó sus activos.
