PREMIOS MUJER 2024

Trilogía

No tranquilos, no me voy a poner a escribir una trilogía, entre otras cosas porque bastante me cuesta ya escribir esta pequeñez todas la semanas. No sé donde se han escapado mis musas, deben estar trabajando para otra, así que si a alguien le sobra alguna musa que sepa que no es suya. Serán las mías.

A lo que me refería es que como no sabía cual “tontería” elegir, y eran tres, os las resumo y ya está. Bueno, sí… hubo otras, pero estas fueron en las que primero pensé.

Vamos con la primera. A mediados de semana alguien me pregunta: “¿Qué tal vas de lo tuyo?”. Y yo: ¿???? (cara de póker) Pienso: “¿lo mío?”.

El otro sigue, sin darse mucha cuenta: “¿Ya estás curada?”

¡Ah! Se refiere al cáncer. Antes de que me dé tiempo a decirlo en voz alta y aclararle que nunca tuve sentimiento de propiedad sobre el tumor, y por eso al principio no sabía a qué se refería, “esta” persona continúa: “Qué mala suerte la tuya. Estar rodeada de santos (por mi trabajo en la librería) y curas, ser creyente y que te hayas puesto enferma de cáncer igual que todos”.

Aquí es cuando intento no alucinar, recordar que estoy trabajando cara al público, que me tengo que dominar y, sobre todo, que seguramente estoy ante un severo caso de descerebrado no diagnosticado. ¡Jesús, María y José! ¿Se puede ser más lerdo? ¿Cómo puedes decirle a alguien que además de un cáncer también es un castigo divino? ¡Hala, fastídiate!

Opté por ponerme “plana”, como diría una amiga, y le contesté: “Yo sigo creyendo en Él, ¿tú no crees?” Al ver que sonreía con suficiencia y negaba con la cabeza, continué: “En ese caso mejor yo que tú. Al menos yo tengo a alguien a quien pedirle cuentas y enfadarme con él, o a quien pedirle fuerzas y consuelo. Pero tú, ¿a quien le reclamas si no existe?”. Siguió intentando sonreír y negando con la cabeza, pero como en ese momento entró un cliente, se calló y al rato se fue. Me dejó mal cuerpo como se suele decir, no tanto por lo que me dijo sino porque no pude contestarle con más caridad. Por si no lo tenía claro, una vez en casa, enciendo la tele y alguien estaba explicando en una película que Dios es como un padre que va caminando con su hija y de repente ésta se cae. Todos hemos salido de paseo con un niño, sea tu hijo o no, y aún estando muy pendiente de él se puede caer, ya sabéis no le quitamos ojo de encima y de repente está en el suelo. ¿Queremos que eso pase? ¿Lo tiramos nosotros para que se haga daño? ¡NO! Pero lo levantamos o le ayudamos a levantarse, lo consolamos, lo curamos….Pues Dios lo mismo. Lo importante de la promesa de Dios no es que te evitará todo mal, sino que cuando éste llegue, Él estará a nuestro lado para ayudarnos a levantarnos. Me ha gustado. Supongo que eso es lo que tenía que haberle dicho yo, pero respondí a una tontería con otra.

Y como esta era doble, la mía también cuenta, voy por la tercera. Por cierto me parece estar oyendo a algunos de mis amigos: ¡¿ Cómo….tú cometiendo tonterías?!!! Muy graciosos. A veces sí, ¿qué pasa?

Pues la tercera es sobre una noticia que oí en todos los telediarios. Parecía la más importante. Según las normas de los encargados de la edición de los premios Grammy de este año, estaba prohibido, a todas las mujeres que asistiesen, “enseñar demasiada carne”. Esa era la noticia, que fuesen buenas voces es lo de menos. Lo importante es lo que enseñan. Comentaba que si obedecían las normas todas iban a ir vestidas como Adele, cantante fabulosa inglesa, que en años anteriores recogió su premio con un vestido negro muy tapadito, vaya, que no necesita “enseñar” más que su increíble voz. Me pregunto: ¿fue el mejor ejemplo? ¿No será que lo que importa, o debería importar, es la calidad de la voz?

Creo por lo que oí que no todas las invitadas hicieron caso, aunque Adele, mira tú por donde, ganó….y obedeció.

Y este iba a ser el final, pero me vais a permitir ponerme un poquito seria y cerrar con una despedida y homenaje a mi tío Teógenes (nacido, proyectado por Dios). Hiciste honor a tu nombre. Quiero decirle un “hasta que nos volvamos a encontrar en el cielo”. Lo echaremos en falta todos los sobrinos, pero sobre todo su esposa…..tranquilo no estará sola.