Apadrinada por un amigo de la familia, Triana entró en el PP en el año 2006. Respaldada también por el entonces presidente de la Diputación de León, Javier García- Prieto, y otros cargos del partido, la joven formalizó la afiliación y le dijeron que la tendrían en cuenta para conseguir un empleo. Mes y medio después la requirieron para presentar un presupuesto para un plan de modernización. Por ese trabajo cobró más de 5.000 euros y, según declaró, le iban a preparar una plaza para quedarse en la institución. Así inició hoy la acusada por la muerte de Isabel Carrasco el relato a su letrado sobre su llegada al partido y el comienzo de su relación con ella.
La convocatoria oficial de esa plaza se hizo en diciembre de 2009, cuando Carrasco ya era presidenta de la institución provincial y Triana fue requerida para preparar el temario de la convocatoria. “Me trataba bien, estaba muy pendiente de mí y yo me sentía cómoda porque me involucraba en muchas cosas”, aseguró. A sus compañeros de la Diputacíón, donde “no se movía ni un folio sin que lo supiera Isabel, les sorprendía esa buena relación y Triana incluso les pedía que no hablaran mal de Carrasco en su presencia.
Poco después, recordó, para referirse al supuesto episodio de acoso, la llamó para requerirle su presencia en su casa para instalarle una aplicación. La cita se pospuso hasta el regreso de Carrasco de las vacaciones navideñas.
En ese encuentro, explicó en respuesta a su letrado, Carrasco la invitó a tomar algo antes de dirigirse al salón, donde tomaron asiento en un sofá a iniciaron una conversación. “¡Qué bien hueles!”, le habría dicho la fallecida antes de acercarse a la joven y besarla en la boca. “Me sentí mal, asustada, yo no quería el plan que vi. Me quiso tocar y me agarró por detrás para que no me soltara y me levanté y le dije que me quería marchar. Me dijo que le gustaba y cuando vio que salía del salón me pidió que volviera y que me lo pensara bien, que ya habían salido las bases de la plaza y si me quedaba tenía mucho que ganar y poco que perder”, manifestó. Triana contó lo ocurrido -según su versión- únicamente a su madre.
Las consecuencias
Carrasco cambió entonces su actitud hacia la joven, que pensó que ese episodio no afectaría a la adjudicación de la plaza en la Diputación. Cuando vio que la evolución del proceso demostraba que no iba a ser así, siempre según el testimonio de Triana, llegó el cese de Triana, dado que el puesto fue adjudicado a otra persona y finalizaba su contrato. Con posterioridad, se inició la reclamación hecha desde la Diputación, por orden de la presidenta, por cantidades (12.000 euros) indebidamente cobrados, correspondientes a un suplemento.
Antes, ya le habían solicitado otras cantidades desde Hacienda, por influencia de Carrasco según la defensa y había perdido la posibilidad de ser concejala en Astorga, porque el PP no resolvió los trámites necesarios en los meses que restasen de mandato. “Así consiguió sacarme de las listas y no me pude presentar”, dijo. Otra presunta acción de la política contra la joven afecta a una factura que tardó mucho tiempo en cobrar sobre un trabajo hecho a una sociedad de la que la víctima era consejera. Cuando dejó de serlo, Triana recibió lo adeudado.
Otros encargos de trabajo se vieron frustrados por la intervención de Carrasco, según Triana. “Ella los llamaba incluso para que no quedaran a tomar vinos conmigo. “A una trabajadora de Hacienda se le escapó que había comprobado, fuera de su horario de trabajo, que yo habitaba un local registrado como oficina. Era un goteo. Ya no sabían qué hacerme”, detalló. Su padre le sugirió que se fuese a Alemania a trabajar pero ella prefería quedarse en León y confiaba en lograr un trabajo sin tener que emigrar. Esperanzada en obtener el puesto de directora general de Telecomunicaciones, tampoco logró su objetivo. Triana sufrió una depresión y perdió 25 kilogramos de peso.
El asesinato
Respecto a lo ocurrido el día de la muerte de Carrasco, declaró que no había quedado con Raquel, que perdió de vista a su madre después del suceso que ésta le anunció por teléfono y que encontró casualmente a la agente, que no sabía el contenido del bolso depositado en su coche y que Triana pensaba que contenía una pistola reglamentaria de su madre. Su letrado también le preguntó por una amiga y otros conocidos de la joven que se suicidaron y los que Montserrat cito en su declaración del martes para asegurar que temía por la vida de su hija. La joven dijo hoy que desconocía que su madre hubiera hecho más búsquedas de armas y un silenciador tiempo después de que ella le dijese que se olvidase del tema.
En lo que atañe al interrogatorio, indicó tal y como aseguró al fiscal, que repitió la versión de los hechos que le habían sugerido los policías que estuvieron con ella en comisaría. Finalmente, atribuyó a presiones políticas el hecho de que su madre y ella fueran sacadas dle módulo de respeto de la prisión de Mansilla de las Mulas, donde permanecen presas. No tienen ningún parte disciplinario y no entiende las restricciones a las que han sido sometidas en el centro penitenciario.