PREMIOS MUJER 2024

Trabajando durante la pandemia: la certidumbre del vino berciano y la gestión de riesgos

Algunos sectores fundamentales, como el de la alimentación o los seguros, han transitado esta crisis sanitaria con una única convicción: lograr seguir siendo un símbolo de la enología en la comarca, en un caso, y proveer de seguridad a sus clientes, en el otro

El vino D.O. es una de las señas de identidad del Bierzo. Y como tal, ni siquiera en el contratiempo de una pandemia que trastocado todo, los encargados de ejercer el milagro que va de la cepa a la copa iban a perder su esencia y su afán. Es el caso de Bodegas y viñedos Gancedo: “no hemos parado”, nos cuentan desde allá. Lo mejor del Bierzo sigue su curso desde los suelos hacia los paladares más gustosos.

El sector de la alimentación es esencial y toda su actividad se ha mantenido en marcha. Eso sí, han “notado una bajada por la pausa en la hostelería”, dice una de sus responsables. Las ventas online y los clientes fieles han seguido suponiendo un ralentí de pedidos. “Hay gente que quiere tu vino porque es el que les parece mejor”, y para ese público han estado sirviendo y distribuyendo a domicilio. Gracias a ese esfuerzo profesional, quienes han querido vinos de Bodegas Gancedo a su mesa durante esta cuarentena, han podido contar con su vino.

Bodegas Gancedo

 

También han mantenido su línea de distribución a supermercados. Lo que sí tuvo que tomarse un respiro fueron las exportaciones. Vinos como los de Bodegas y viñedos Gancedo llevan el buen nombre del Bierzo a todos los rincones del mundo, pero eso es algo que la situación de las últimas semanas se ha visto frenado. Disfrutar de estos caldos durante estos meses se ha convertido en un privilegio casi geográfico.

El campo, por supuesto, sigue, tampoco ha parado. Los trabajos en las viñas no han cesado y el mimo de Bodegas Gancedo a su mayor tesoro no se ha descuidado. Estas labores son esenciales para que cada añada responda al nivel de exigencia que los clientes saben que pueden entrever de su etiqueta. Un trabajo invisible para el gran público, que a veces no tiene presente todo el proceso que hay detrás del brillo del producto acabado. Pero tras ese resplandecer de cada una de las botellas que salen de Bodegas Gancedo está la pasión y la dedicación de unos bodegueros señeros del sector vitivinícola berciano.

Bodegas Gancedo

 

Con la llegada de la fase 1, comenzaron, casi por goteo, las llamadas de los bares. La apertura de las terrazas devolvió a las y los bercianos a las sillas y a los vinos de Bodegas Gancedo a dar luz sobre las mesas. Saben que comparten este papel central en la vida social y el ocio de miles de personas de la comarca con otras muchas otras bodegas del país, más compañeros que competencia en esta andadura que ahora, un poco más, desescala. A medida que se agite la reactivación, Bodegas Gancedo y otras muchas refortalecerán su pulso, que es un músculo principal de la economía berciana y de su futuro. Con el saber hacer que las ha venido caracterizando. Aunque, tal y como nos cuentan desde allí, en estos momentos “con incertidumbre, como todo el mundo”.

Gestionar riesgos en tiempos de covid-19

Uno de los sectores profesionales donde la ebullición causada por la pandemia cabía pensar que podía estar siendo una prueba de fuego a su profesionalidad y su talento era el de los seguros. En especial, los de más trascendencia, la gerencia de riesgos corporativos or Entreprise Risk Manager. La seguridad se recobra cuando se habla con Balbino Luna, de BLM Seguros, en plena plaza de Don Julio Lazúrtegui, en el centro puro de Ponferrada.

“Nuestro negocio no ha cerrado”, nos cuenta por teléfono. Esta vía y la de la videoconferencia ya son una dinámica habitual en esta correduría, en la que asesoran y dan garantías sobre asunción de riesgos a numerosas empresas. De muchos sectores, con distintos enfoques legislativos que dan pie a figuras varias en la mediación de seguros.

Con la situación de pandemia, absolutamente nueva, todo se ha paralizado. Pero han tenido mucho trabajo, mucha consultoría, tanta como la inquietud de sus clientes, con quienes el trato está siempre abierto a la sensibilidad de esas empresas y de las personas que las dirigen.

Cómo un cliente se va alineando respecto al riesgo depende del grado de madurez. En BLM Seguros recalcan la enorme madurez de los suyos. Cualquier circunstancia altera el riesgo y hay empresas más o menos sensibilizadas con ellos.

Balbino Luna, de BLM. / QUINITO

 

La pandemia llegó generando incertidumbre. “Al inicio del Estado de alarma no teníamos el tiempo de duración”, la evolución y las prórrogas, por tanto van cambiando “la planificación de la empresa de cara a la continuidad”, nos explican. Aunque haya una hibernación de la administración y de la economía, “las pólizas hay que renovarlas”, y con las empresas que tienen como clientes estudian la forma más satisfactoria de prepararlo.

A medida que se desescala la situación, “va a aflorar mucho más la paralización en sí”, recuerdan en BLM, en tanto en cuanto tras el parón de juzgados y tramitaciones de cosas que antes no podían materializarse (como ERTES y otros procesos) se acerca el momento en que “veremos el resultado del parón”, señalan.

En BLM Seguros han percibido que la nueva normalidad cambia “los apetitos de algunas empresas”, que ven cómo no han podido cumplir ciertas entregas y que eso conlleva ciertas consecuencias”. El bálsamo para afrontarlo lo tienen claro en esta correduría: “hay que tratar de tener buen ánimo y darle un encaje y relativizar”, recetan. Nada se consigue, recuerdan, “con desesperarnos y dramatizar”.

Tratándose de una empresa que trabaja entorno al riesgo, tienen claro que “hay cosas que al final de la jornada te das cuenta de muchas veces las personas no somos receptivas. Nos arrastra el presente y no somos receptivos a analizar pautas de comportamiento, cambiarlas y reducir los riesgos, aunque sean desbordantes”. También en la gerencia de riesgos corporativos se ve el reflejo de cómo los últimos dos meses van a cambiar la forma que tenemos de entender el mundo.

“Hay que ser proactivos y de nada vale lamentarlos”, nos dicen. Gestionar el riesgo es un continuo adaptar “tu propia metodología de cara a tener un sistema de mejora que sí que te permita ver cualquier contratiempo con prudencia”. Este trabajo de preparación que en BLM  hacen con sus clientes se notará ahora, pues tras incumplimientos y paralizaciones “hay riesgos que ahora van a florecer y van a tener una solución compleja”.

BLM tiene sus oficinas principales en la emblemática plaza de Julio Lazúrtegui, de Ponferrada. / QUINITO

 

La gerencia de riesgos trata de objetivizar lo subjetivo, y en BLS Seguros, donde su actividad alcanza a muchos sectores, saben que la cuestión es rodearte de la gente adecuada para poder poner certidumbre. Por eso las dos claves son esa capacidad para observar con detenimiento y sin prisas, “todo se puede medir si se pone tiempo”, y la suma de trabajo equipo y una gran especialización. Para la nueva normalidad no nos sirven los lamentos, sino la sensibilidad al riesgo y la cultura de ser proactivo.