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Torre del Bierzo: y de repente, llegó la calma

Este municipio berciano se estabiliza y completa legislatura, por primera vez en casi un cuarto de siglo, con el mismo alcalde sin mociones ni pactos ni dimisiones
Un grupo de vecinos descansan delante de unos carteles en la campaña de 2011 (C. Sánchez)

V. Silván El municipio de Torre del Bierzo cierra este año, por primera vez en casi un cuarto de siglo, una legislatura sin sobresaltos, sin cambios de alcalde ni mociones, sin tránsfugas ni pactos, sin dimisiones ni coaliciones. Diez equipos de gobierno distintos en seis legislaturas demuestran el baile de sillas, con cambios de pareja incluidos, que ha marcado el paso en este ayuntamiento minero, al que ha llegado la calma y la estabilidad con la mayoría absoluta obtenida por el PP, con siete concejales, que permitió hace cuatro años renovar como alcalde a Manuel Merayo, dejando al PSOE y a la Unión del Pueblo Leonés (UPL) en la oposición, con dos concejales cada uno.

Está claro que gobiernos municipales inestables hay muchos, pero Torre del Bierzo se convirtió en un ejemplo de que ningún pacto es imposible y que los enemigos del ayer se convierten en los amigos del hoy cuando hay que hacerse con el bastón de mando de este municipio minero, uno de los grandes damnificados por el declive del carbón, que otrora fue su motor junto al ferrocarril. Así, su estabilidad se vuelve a poner en juego el próximo 24 de mayo sin que, finalmente, Manuel Merayo vuelva a ser candidato a la reelección por el PP por motivos de salud.

Los vecinos de sus once pueblos tendrán que elegir entre cuatro candidaturas: PP, PSOE, UPL y Coalición por el Bierzo. Todos con candidato renovado y joven, a excepción de la formación leonesista, que vuelve a tener al frente a Melchor Moreno, concejal y alcalde en varias ocasiones, tratando de aprovechar el argumento de la experiencia y el bagaje político frente al de la juventud por el que han apostado el resto de partidos con Jorge González, Daniel Viloria y el cineasta Gabriel Folgado como cabezas de las listas de populares, socialistas y bercianistas, respectivamente.

La inestabilidad a Torre del Bierzo llegó con la última década del siglo pasado, tras la elecciones de 1991, con la victoria del PSOE que sentaba en el sillón de alcalde a Ernesto Valladares. El socialista apenas sostuvo medio año el bastón de mando municipal antes de presentar su dimisión, sabedor de la moción de censura que desde el PP preparaban con el respaldo de uno de los concejales del PSOE.

Irrumpe la UPL

La retirada de Valladares aupó a Julio Rodríguez Feliz como alcalde gracias al gesto de su entonces compañero en las filas ‘populares’ -ambos pasarían después a representar a la UPL-, Melchor Moreno de la Torre, que entonces encabezaba la candidatura del PP y que renunció a su favor. En resumen, dos alcaldes para una legislatura, con una dimisión sobre la mesa y una moción cocinada pero, finalmente, no servida.

Llegaron entonces las elecciones de 1995 y, con ellas, el regreso de Melchor Moreno de la Torre que se hacía de nuevo con el bastón, que ya había agarrado entre 1987y 1991 bajo el paraguas del Centro Democrático Social (CDS), aunque esta vez con las siglas de la UPL -a las que llegó tras hacer una escala en el PP- y con un gobierno en coalición con el PSOE, que capitaneaba entonces María José Estrada.

Un primer matrimonio entre la UPL y el PSOE que apenas duraría dos años y que levantó muchos dolores de cabeza al alcalde leonesista, que ponía punto y final a su ‘relación’ tras tener serios problemas y desencuentros respecto a los gastos de la ‘casa’ consistorial. En los últimos meses de 1997 se hacía oficial la ruptura, que incluyó ‘discusiones’ públicas por el “despilfarro” que, según Moreno de la Torre, había realizado en las fiestas patronales María José Estrada, que estaba al frente la Concejalía de Cultura y Fiestas.

Dimisiones e intercambio de parejas

Tras gobernar dos años en solitario, en los comicios de 1999, el leonesista consiguió de nuevo la confianza mayoritaria de los vecinos de Torre del Bierzo para seguir gobernando y lo hizo, pero apenas un año. Por razones incomprensibles presentó su dimisión y le sucedió entonces su compañero en las filas de la UPL, Marcial Novo. Y así, con la llegada del nuevo milenio, llegó la revolución y tensión fue ‘in crescendo’ haciendo el municipio ingobernable por momentos, con pactos fuera de toda lógica.

Y es que las elecciones de 2003 dieron el triunfo electoral a María José Estrada, que sumó cinco concejales para el PSOE, mientras que la UPL, con Julio Rodríguez Feliz a la cabeza, y el PP, que estrenaba la cara de Manuel Merayo, sumaban tres concejales cada uno. La felicidad le duró un año a Estrada, que quedaba apeada de la Alcaldía tras hacer pareja de baile los populares y leonesistas para presentar una moción de censura y aupar entonces a Manuel Merayo al sillón municipal.

La inestabilidad siguió tras los resultados electorales de 2007, con un cambio de pareja y un inexplicable y repentino entendimiento entre Estrada y Rodríguez Feliz en unas segundas nupcias entre el PSOE y la UPL, que relegaba a la fuerza más votada, el PP -con cinco concejales-, a la oposición. Así, quedaba “coronado” alcalde el candidato leonesista, el menos votado con solo dos concejales, con el respaldo de los socialistas que renunciaban al bastón de mando municipal a pesar de tener cuatro ediles.

María José Estrada, durante la moción de censura del año 2004 que presento el PP y la UPL, en la que perdió la alcaldía de Torre del Bierzo
María José Estrada, durante la moción de censura del año 2004 que presentó el PP y la UPL, en la que perdió la Alcaldía de Torre

La última moción

Entonces, y cuando parecía que ya estaba todo visto en la calle Campillo, número 1, y que no había más opciones posibles para dar la vuelta a la tortilla, llegó en 2009 una nueva moción de censura precedida por un necesario episodio de transfuguismo. El PP, con el apoyo de un tránsfuga del PSOE, Felipe García Cabañeros, arrancó el bastón de mando de manos de quien había sido su aliado en la legislatura anterior, Julio Rodríguez Feliz, con unos argumentos basados en la pésima gestión económica realizada y a la ‘intensa’ vida judicial de su teniente de alcalde, María José Estrada.

Un movimiento político que situó al frente del Ayuntamiento de Torre del Bierzo de nuevo a Manuel Merayo, que fue capaz de convencer en esos dos años de gobierno y arrasar en las siguientes elecciones, las de 2011, con siete concejales, mientras el PSOE era “castigado” y se quedaba con solo dos concejales, los mismos que la UPL. Los populares cierran mandato colocándose la medalla de haber logrado reducir “a cero” la deuda municipal, mientras la oposición les reprocha el “abandono” de instalaciones y pueblos.

Con esta situación y cuatro años después, los vecinos de Torre del Bierzo se suben a un nuevo escenario en el que han desaparecido la mayoría de las caras conocidas que han marcado la vida política municipal de las últimas dos décadas, con un PSOE renovado y un PP que no sabe si podrá revalidar esos buenos resultados sin la cara de Manuel Merayo, mientras Coalición por el Bierzo (CB) entra en escena también con una candidatura joven y la UPL -que solo tiene lista en dos municipios bercianos- intentará seguir manteniendo esa “isla” leonesista con el que llegó a ser su presidente por aclamación, Melchor Moreno de la Torre. Y tras el 24M, ¿seguirá la calma o empezará de nuevo el baile?