Pedro González La Cabrera es una de las comarcas más aisladas, en toda la extensión del término, de la provincia de León. Atacada por la enfermedad de la despoblación, el estancamiento económico y asolada por el último incendio se agota. Es una tierra que dormita. La Asociación por el desarrollo rural del Bierzo y La Cabrera ha dado cuerda al despertador que puede sacar a la zona de su letargo. Las 42 Juntas Vecinales de los cinco municipios que conforman la comarca natural de Cabrera se han sentado a escuchar lo que desde la asociación pretendían ofrecerles: ayuda y soluciones a los males del medio rural.
“Administraciones mendigas”
La coordinadora y presidenta de la Asociación por el desarrollo rural del Bierzo y La Cabrera, Nancy Prada, tiene claro que son las juntas las que deben salvar la comarca. “Las entidades menores son las propietarias del suelo, del monte de utilidad pública y de libre disposición mayoritariamente en la provincia. En cambio, son administraciones mendigas. Mendigas de subvenciones, no tienen participación en tributos del Estado. Tienen coartadas las posibilidades, por los reglamentos, de lo que pueden hacer con su suelo para poner en valor su territorio”.
En la primera Mesa de Pedanías, convocada por la asociación, han participado las juntas vecinales de los cinco municipios que conforman La Cabrera: Truchas, Encinedo, Castrillo, Puente de Domingo Flórez y Benuza. El objetivo, salvar la comarca de los males que la achacan; los medios, “unirnos, acostumbrarnos a trabajar por derechos colectivos y crear masa crítica para poder ejercer influencia en administraciones superiores con el fin de aportar y de apoyar el desarrollo del medio rural”, matizaba Prada.
La Asociación por el desarrollo rural del Bierzo y La Cabrera no nace tras el incendio que ha quemado media comarca. Es un grupo de trabajo que ha adelantado la primera reunión, con carácter de urgencia tras el fuego.
Aunque hoy se trate de poner sobre la mesa los problemas de La Cabrera “no quita que esta mesa se extienda a la comarca del Bierzo y a otras comarcas naturales de León. Nacemos con una vocación provincial”. Dentro de este espacio de foro, debate y encuentro entre las juntas vecinales comienza a sonar la campana que intenta despertar a la comarca.
Reunión en el corazón de la Cabrera
El Cazario de León en La Baña fue el espacio escogido para este primer encuentro. Sobre el papel varios puntos a tratar. El primero la presentación ante los pedáneos de la propia asociación que convocaba la cita. Nancy Prada explicó que el colectivo pretende ofrecer a los ayuntamientos y juntas orientación y proyectos de desarrollo sostenible que puedan aportar soluciones a La Cabrera. Sin tintes políticos de ningún tipo, sólo pretenden servir de espacio de debate en reuniones que prevén se realicen de forma trimestral.
¿Qué se aporta?
Tras las presentaciones y definidos los objetivos a perseguir llegaba el momento de comprobar qué tareas se le proponen a La Cabrera para revitalizarla.
Uno de los primeros puntos clave a tener en cuenta es la propia comarca como espacio natural. Se dejó claro que conseguir una figura de protección como patrimonio natural sería una de las vías más importantes para regenerar el patrimonio natural, cultural y arquitectónico de la zona. “Es importante incorporar a La Cabrera en la red de espacios protegidos”. Insistieron que ahora, lamentablemente tras el desastre del incendio era la oportunidad de demandarlo.
La reunión prosiguió con la lectura de parte de una carta que Ecologistas en Acción hizo llegar a la asociación. En ella se hablaba de la necesidad de potenciar el futuro mediante el trabajo conjunto entre vecinos e instituciones.
En el apartado que desarrolla el grupo de trabajo de cultura se hicieron varias propuestas. Iván Martínez, coordinador del grupo, comenzó explicando que a través de las actividades culturales se crea una red de puntos de desarrollo que llegan a abarcar tanto a la industria, a la energía y al medio ambiente. Describió la actividad cultural como una de las que más potencial y más empleo genera en Europa. “Es necesario, proseguía, poner en valor lo que el aislamiento que la comarca ha vivido históricamente ha podido conservar; un paisaje cultural envidiable”.
Los propósitos, preservar, restaurar y conservar los bienes. Ponerlos en valor mediante la creación de colecciones o monumentos. Desarrollar una administración y gestión efectiva, lo cual llevaría aparejada la creación de empleo a través del sector turístico.
No sólo es una mina de pizarra
Los bienes, incontables. La Cabrera es una mina de bienes muebles e inmuebles, de paisajes, puntos de interés geológicos y de yacimientos y vestigios arqueológicos. 646 kilómetros de canales romanos conforman en la comarca la red de este tipo más grande del mundo antiguo. Algo que en palabras de Iván Martínez “apenas se conoce, debemos ser conscientes de lo que tenemos para saber y poder explotarlo”. La adecuación de rutas de senderismo llevarían aparejadas las limpiezas y aperturas de caminos,“lo cual repercutiría en un mejor estado de conservación de los montes”. Puesta en valor de los ríos y lagos. Se propone también la orientación de las fiestas populares hacia un carácter más cultural; recuperar y mantener las tradiciones que hacen única a cada zona. “Solicitar subvenciones al Instituto Leonés de Cultura acercaría actividades a La Cabrera y con ello el movimiento de turistas”. En definitiva, dinamizar una tierra que posee todos los recursos para ser más que una comarca aislada y dormida.
Sin querer convertirse en una consultoría ni una gestoría, la asociación, propone, ayuda, informa y escucha las demandas de los pedáneos. Ahora es el momento, tras la primera mesa en el que los alcaldes y presidentes de las diferentes juntas vecinales trabajen juntos y remen en una misma dirección. Ya saben lo que tiene La Cabrera, también lo que necesita. La Asociación por el desarrollo rural del Bierzo y La Cabrera ha abierto el camino; ha subido las persianas y tirado de las mantas. O despertamos o llegamos tarde. Y tarde quizás sea demasiado.
Fotos: Pedro González