PREMIOS MUJER 2024

Todos a la escuela

Si nos fiamos de los informes que nos llegan a través de los medios de comunicación, España es uno de los países europeos con más bajo nivel en cuestión de enseñanza, y los españoles somos los menos capacitados, por ejemplo, para comprender un texto. Parece, pues, razonable que los que nos gobiernan se propongan mejorar la calidad de la enseñanza.

Curiosamente en los años de democracia todas las leyes de educación han sido de izquierdas y a la derecha nunca se le ha permitido poner en marcha una ley de educación. O sea, que ni para bien ni para mal se les ha dado ninguna oportunidad. Lo primero que hizo Zapatero nada más llegar al poder, fue derogar la LOCE, que nunca llego a ponerse en práctica. Y ahora la izquierda amenaza que tan pronto como lleguen a tener poder eliminaran la nueva ley que desea poner en marcha el Partido Popular. La derecha, en cambio, hasta el presente ha acatado pacientemente las leyes hechas por la izquierda, aunque no estuviera de acuerdo con ellas.  Creemos que quienes han generado tanto fracaso escolar deberían ser un poco más generosos y dar una oportunidad a quienes pretenden que mejore la calidad de la enseñanza.

Parece ser que dentro de unos días, como viene ocurriendo de cuando en cuando, habrá huelga en la enseñanza. Por parte de los alumnos el éxito de la huelga está garantizado, aunque no sepan de qué va la cosa. Dirán que por los recortes y porque solo podrán estudiar los ricos y otras cosas por el estilo. Da igual, lo importante es que ese día tienen una disculpa para no ir a clase.

Con todo respeto, pero con toda sinceridad, diré que nunca he entendido lo que quieren decir con esas camisetas verdes en las que pone “escuela pública para tod@s”. El caso es que tienen razón, pues todos nuestros niños y jóvenes tienen derecho a la escuela pública y gratuita. Si dijera lo contrario tiraría piedras contra el propio tejado, pues llevo treinta y seis años trabajando en lo que ordinariamente se entiende por enseñanza pública.

Dicho esto, creo que el error está en que no se tiene claro el concepto de enseñanza pública, ni tampoco el concepto de libertad, en este caso de libertad de enseñanza. Pero vayamos a lo concreto. En Ponferrada hay varios miles de chicos y chicas en edad escolar. Lo importante es que existan centros gratuitos para que ninguno quede sin escolarizar. Y de hecho los hay. Así mismo es importante que, en la medida de lo posible, los padres puedan elegir el centro que quieran para sus hijos. Pues bien, en Ponferrada hay cuatro institutos: Virgen de la Encina, Gil y Carrasco, Álvaro de Mendaña y Europa, a los que podríamos añadir el de Fuentesnuevas. Sin duda son insuficientes para atender la demanda. Por ello es muy de agradecer a la Iglesia que se haya preocupado de abrir cuatro centros que vienen a solucionar ese déficit de plazas escolares: San Ignacio, La Asunción, Espíritu Santo e Inmaculada, todos gratuitos y abiertos a quien quiera ir, en las mismas condiciones que los otros institutos. Eso no es enseñanza privada, sino pública, eso sí, concertada. La gran diferencia es que al Estado estos colegios le salen a mitad de precio y que los profesores tienen menos garantías de estabilidad que los que son funcionarios. ¿Sería bueno para la sociedad berciana que estos colegios que, además, funcionan bastante bien, desaparecieran? ¿Sería deseable convertirlos en colegios de pago para que solo pudieran acudir a ellos los ricos? Va a ser que no. Entonces, ¿qué se quiere decir cuando se pide escuela pública para todos? Lo que se quiere decir no lo sé, pero realmente eso debería significar que todos los padres pueden elegir para sus hijos el colegio que deseen, pagado con sus impuestos. Pero se da la casualidad de que en España muchos de los que tanto hablan de “enseñanza pública” mandan a sus hijos a colegios privados de pago.

Ciertamente a ningún profesor nos gusta que nos recorten el sueldo, pero que se sepa no por eso han quedado chicos sin clase, ni nos dispensa a nosotros de trabajar ni a ellos de estudiar. Más aún, si esos recortes pueden ayudar a salir de la crisis, benditos sean. A otros muchos españoles no les pueden recortar nada, pues nada tienen. En realidad las huelgas de la enseñanza deberían ser como las de los japoneses.

Máximo Álvarez Rodríguez