Y analizar. No te quedes con lo que otros dicen, escriben, cuentan, “suben” a internet, lo gritan o susurran. Hace ya tiempo que se habla, y mucho, de manipulación, de verdades a medias, mentiras al fin y al cabo, al que somos sometidos desde distintos frentes. Los que más gritan, o denuncian con contundencia, la manipulación que otros hacen sobre “personas que no tienen su capacidad de denuncia”, suelen ser personajes famosos, populares, o populistas (no sé muy bien la diferencia), gente que al fin y al cabo salen con frecuencia en los “medios”, como se suele decir. Famosos de distintos ámbitos, prensa, cine, escritores…
Humildemente creo que la inmensa mayoría, en algún momento de nuestra vida somos manipuladores o lo padecemos. La diferencia, y no es excusa, es el grado con el que se ejerce. Porque, ¿hay alguien más manipulador que un niño que nos pone morritos para conseguir una chuche? Y, ¿qué me decís de esos ojitos abiertos hasta el infinito con expresión inocente? O, ¿ese “eres mi papi favorito”? O tiíta, o mami, o abuelito…
Haya tú si caes, aunque sea con una sonrisa y placenteramente.
Este fin de semana, casualidad de casualidades, si es que eso existe, he leído dos entrevistas que hablaban de esa manipulación no tan inocente. Ya es casualidad, porque normalmente lo que hago es ver los “santos”, como decía mi abuela, y la entrevista la leo por encima. Ambos personajes no podían ser más dispares, mujer y hombre, escritora y actor, ambos salen por la tele de vez en cuando. Supongo que eso les une. Ambos hablan de manipulación y no dejarse manipular –fantástico-, y….¡venga ya! De la Iglesia Católica. No fastidien, otra vez…¡qué originalidad!
Reconocían, con pesar, que su educación “católica” les hizo proclives a ser víctimas de la manipulación, ya que el “complejo” de culpa, que parece ser la base de una estricta educación católica –lo digo con ironía, por si no se entiende-, les hizo presas fáciles.
Mi primera reflexión, en voz alta sin darme cuenta, fue que algo ha fallado en mi educación católica, yo soy de las que, si puedo, echo balones fuera, es decir siempre intento encontrar a una Eva, un Adán o una serpiente a la que echarle las culpas. Pero a continuación, me pregunto a mí misma: ¿es malo tener sentimiento de culpa? ¿No será que ahora no está de moda tener conciencia? Pues yo personalmente opino, y es mi opinión –nadie me la está dictando- que es, no solamente necesario, sino también imprescindible. “Algo” nos tiene que poner límites, hacernos sentir mal cuando los traspasamos, cuando hacemos daño. Porque siguiendo esa lógica, los manipuladores no deben tener ese sentimiento de “culpa” y entonces o no son católicos o si lo son …Ya está, me he líado…¿será que la culpa no es exclusiva de la Iglesia? O, ¿qué se puede ser manipulador y no católico? Uff…pero si al principio decían que la Iglesia era el paradigma de la MANIPULACIÓN. Nada, menudo bucle. Vamos a ver, repaso la entrevista…Un momento…sí. Iglesia = manipulación, víctima = culpa, culpa = Iglesia otra vez. Me parece que me están manipulando como a una católica…pero un momento, si soy católica ¿no tendría que ser yo la que manipulase? ¡Vaya, me olvidaba de la culpa!
¿No será que todos, independientemente de nuestras creencias podemos ser lo uno y lo otro? Yo de todas formas prefiero sentirme libre de opinar, pensar y actuar, sin olvidarme de mi conciencia. No es tan malo sentir culpa de vez en cuando, es señal de que te has podido equivocar. Y ya sabéis, el que esté libre de culpa, que tire la primera piedra.
Hubo otro detalle en la segunda entrevista, que suele ser bastante frecuente, al menos últimamente. La cantidad de gente que estudió en colegios de curas, y todos ellos fueron sometidos a malos tratos. Cachetazos, tirones de orejas, la vara, las reglas…Yo no lo pongo en duda. Pero se da la casualidad, otra más, de que mi familia no asistió a ninguno de esos colegios. Supongo que o no tuvieron la ocasión, o no quisieron, lo cierto es que toda la familia que tuvo acceso a la escuela de la postguerra lo hizo en la del pueblo, con el señor maestro y la señora maestra. Nada de curas ni monjas. Las historias que mis padres y mis tíos contaban eran de película de terror en ocasiones. Niños que se quedaban sordos después de un golpe en el oído, pieles levantadas, moretones, orejas despegadas….ya me está dando grima. Insisto no eran curas. ¿Será que más que una característica de la educación en colegios de curas lo fuese de la época y punto?
Ahora para terminar me pregunto, y por eso os invito a pensar, esto ¿ no es también manipular?