PREMIOS MUJER 2024

Siemcalsa busca empresas para explotar cinco yacimientos de minería metálica y uno de minerales industriales

Uno de los yacimientos, de plomo, cinc y plata, está ubicado en la zona de Oencia
Proyectos mineros promovidos por Siemcalsa (F.S./Ical)

Ical La Sociedad de Investigación y Explotación Minera de Castilla y León (Siemcalsa) busca empresas para la explotación de cinco yacimientos con minerales metálicos (cobre, cinc, plata, estaño, wolframio, oro y antimonio) y uno de minerales industriales (arcillas especiales), en Otero de Herreros (Segovia); Lumbrales (Salamanca); Estalaya (Palencia); Losacio (Zamora); Caliza de Vegadeo en la zona de Oencia-Castropete (León); y Casarejos (Soria), que podrían suponer inversiones por 300 millones de euros y generar 700 empleos directos y 1.400 indirectos. Y es que una mina metálica conlleva inversiones de entre 30 y 50 millones de euros y suele generar entre 100 y 120 empleos directos y el doble de indirectos, como explicó a Ical, el director de Siemcalsa, Ricado Rico.

El alto ejecutivo aseguró que cuatro empresas, tres internacionales y una nacional, ya se han interesado por estos proyectos, y ahora deben decidir si siguen adelante con una investigación más en profundidad sobre los recursos en esas zonas, para concretar si inician los trámites administrativos mineros y ambientales para ejecutar la inversión. Con todo, comentó que como mínimo antes de tres años, si las empresas adoptaran una decisión ahora mismo, no se iniciaría la fase de inversión y explotación, ya que las investigaciones de las mineras duran unos dos años sobre la base de sus proyectos.

La razón es que que esta Sociedad, participada por la Junta, Banco Ceiss y Minas Almadén, perteneciente a la SEPI, tiene una capacidad de inversión “limitada”, y hace la “exploración mínima necesaria” para determinar que en esas zonas existen unas reservas determinadas. Así, Rico incidió en que la empresa interesada tiene que seguir investigando e invertir para corroborar los datos que les han proporcionado. “Todos los proyectos llevan aparejada una fase de investigación avanzada y si son viables, se inicia la tramitación administrativa para ponerlos en marcha y la evaluación de impacto ambiental”.

Wolframio, el recurso más importante

Rico defendió que la minería metálica está en auge por el alza de los precios internacionales, frente a la de piedra ornamental, que tuvo su boom a mediados de los años 90, pero se hundió con la construcción, aunque ya se empieza a notar cierta recuperación; y la del carbón, que está muy supeditada a las decisiones políticas. El directivo concretó asimismo que Zamora, Salamanca y Segovia son las provincias que “más posibilidades tienen ahora mismo de contener recursos mineros susceptibles de explotación” y recordó que las provincias de Zamora y Salamanca “han sido históricamente distritos mineros con gran importancia internacional en el mercado del wolframio y el estaño y ahora vuelven a resurgir”.

En este contexto, explicó que el recurso “más importante y atractivo” es el wolframio, que es un mineral “estratégico y crítico, clasificado así por la UE, porque tenemos mucha dependencia del exterior”. Asimismo, prosiguió, es un mineral que “está bien de precio, es rentable y hay varias empresas buscándolo”.

Preguntado por posibles yacimientos de oro, indicó que se sigue investigando la posibilidad de poner en marcha alguna explotación, pero de momento los yacimientos detectados no tiene reservas “muy grandes” y estás minas requieren de inversiones “grandísimas”.

Con todo, quiso dejar claro que Castilla y León, por su extensión, presenta una “variedad geológica muy grande” y una “gran variedad de terrenos con posibilidades de acoger yacimientos”. Aseveró que aunque se llevan muchos años investigando, “aún queda mucho por sacar a la luz”. Y es que Siemcalsa trabaja ya con una cincuentena de proyectos en fase inicial, 20 sobre minería metálica; 26 de piedra natural; y 17 de minerales industriales.

Un balance muy positivo de 27 años de actividad

Ricardo Rico repasó la trayectoria de Siemcalsa, que se creó en 1988, y precisó que ya han investigado más de 200 proyectos mineros, y han sacado adelante cinco, que han impulsado inversiones por 110 millones de euros y, “lo más importante, que se cree empleo en zonas deprimidas de la Comunidad”. Rico consideró un éxito estos datos porque “la estadística dice que con que salga adelante uno de cada cien proyectos estudiados, transformados en inversión empresarial ya es una media buena”.

El directivo de Siemcalsa precisó que han sacado adelante dos proyectos de rocas ornamentales en el norte de Burgos (Las Merindades) y en sur de Ávila (El Barco de Ávila), impulsados por empresas nacionales; y dos minas de wolframio de inversores extranjeros en Salamanca, en Los Santos y Barruecopardo, esta última con una inversión prevista de más de 50 millones, y que podría empezar a funcionar en septiembre. Asimismo, otro proyecto muy avanzado también de wolframio se sitúa en la comarca de Sanabria (Pedralba de la Pradería), en Zamora, que está en investigación por una minera.

El director de Siemcalsa constató que hasta hace un año o dos, lo normal era que requirieran sus proyectos compañías internacionales, australianas, canadienses, americanas e inglesas; pero “de un año a esta parte”, dijo, las empresas nacionales “están empezando a invertir en el negocio minero y están creando filiales con el fin de valorar activos mineros en la península ibérica”. “Cada vez llega más gente nacional, pero no dejan de venir empresas extranjeras”, concluyó.

Gran apuesta institucional

Ricardo Rico reseñó también que la Junta de Castilla y León siempre ha apostado por la Sociedad desde que se creó en 1988 con el objetivo de impulsar un recurso endógeno como es la minería, no energética, es decir, “recursos alternativos al carbón”. Agregó que investigan nuevos proyectos que puedan ser rentables, pero también las posibilidades de “heredar” otros que fueron abandonados por empresas, que con los precios actuales vuelven a ser viables.

“Nuestros accionistas siguen apostando por nosotros porque hemos atraído inversiones a Castilla y León y ese era el objetivo para el que nos crearon”, enfatizó, para explicar que ellos también han sufrido recortes durante la crisis y han tenido que “autofinanciarse” para poder seguir investigando y cumpliendo su papel.

En este sentido, explicó que su negocio minero es variado, algunas empresas llegan y compran directamente el derecho, pero la mayor parte, pagan “una especia de canon de alquiler” durante el tiempo que dure su investigación y cuando comprueban los datos y entienden que les interesa, se llega a un acuerdo de transmisión del derecho minero. Aclaró también la libre concurrencia a los proyectos y como cuando a un proyecto concurre más de una empresa, se tienen en cuenta varios factores, entre ellos las inversiones previstas para la zona; y siempre bajo la legislación garantista de Castilla y León, de impacto ambiental.