Aún no está ganada la guerra pero sí esta primera batalla en la que llevábamos años sin vislumbrar cual habría de ser el resultado final. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León anulaba hace unos días la orden del 28 de mayo de 2008, por la que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta concedía a la cementera Cosmos autorización para la quema de biomasa; pues la licencia de dicha empresa para producir cemento y clinker no ampara tal actividad, que requiere estudios serios y objetivos de impacto ambiental. La Junta entendía que no hacía falta presentar ningún estudio de ese tipo porque esa quema iba implícita en la licencia de la empresa cementera, lo que el tribunal de justicia ha puesto en entredicho de forma contundente: son dos actividades diferentes.
A lo largo de los años se nos quiso engañar de forma reiterada tanto por la empresa como por la propia Junta. La primera intención de la cementera, para rentabilizar una empresa en dificultades por la crisis de la construcción, fue la de quemar residuos fitosanitarios, algo muy lucrativo pero extraordinariamente contaminante en una comarca como el Bierzo, una fosa rodeada de montañas, en la que el aire se enrarece y contamina fácilmente. Las protestas ciudadanas lo impidieron. Luego para abaratar costes en el combustible, en el petróleo, la empresa pretendió utilizar neumáticos, lo que animó nuevamente las protestas que llevaron a la calle a más de 8.000 bercianos. Por último, la Junta le concedió el 5 de julio de 2011 la quema de biomasa, pero sin anular la resolución de 2008 que amparaba a la cementera en sus primeros planes.
La sentencia afirma indirectamente el peligro que para la salud humana tiene la quema de residuos y la mala prensa que significa para una comarca cuyos cultivos (la vid, los productos hortofrutícolas, las castañas) gozan de prestigio en el mercado español. La guerra no está aún ganada porque la empresa anuncia que recurrirá ante el Tribunal Supremo esa sentencia, pero no cabe duda que esta batalla puede ser de suma importancia para el final del conflicto. En ese sentido, todos los que hemos participado en esa lucha, especialmente los Consejos Reguladores por su implicación directa, debemos estar muy contentos. La sentencia nos reconcilia con la Justicia ya que no con las autoridades autonómicas, que apostaron o fueron excesivamente condescendientes con los argumentos de la empresa. La defensa del empleo, sin la menor duda legítima, no puede ser un argumento cuando afecta tan directamente a la salud de los ciudadanos.
Por esa razón, la sentencia es un varapalo para la Junta y para su anterior delegado en León, Eduardo Fernández, que defendió la viabilidad del proyecto con un exceso de celo digno de mejor causa. Ahora vemos cómo sí sirvieron las protestas y los maratones que Miguel Basurto emprendió durante el mes de mayo de 2012, para que los bercianos tomáramos conciencia del problema medioambiental que se nos venía encima con el permiso de la Junta para que Cosmos, propiedad de la empresa portuguesa Cimpor -ahora en manos del grupo brasileño Votorantim- pudiera quemar residuos tóxicos (por ejemplo neumáticos), aunque la empresa aseguraba que sólo quemaría biomasa (maderas, leñas, sarmienta, etc.), menos contaminantes y a lo que los bercianos estamos acostumbrados.
Sin embargo nadie nos creímos tal cosa. La empresa aseguraba a la Junta que quemaría biomasa, pero con la boca pequeña nunca renunció a incinerar otras materias, incluidos neumáticos y aceites. Muchos alcaldes, a los que invitaron a charlas informativas en la cementera, se lo creyeron, e incluso Antonio Silván, consejero de Fomento y Medio Ambiente, llegó a asegurar que sólo quemaría biomasa, es decir, que el permiso se lo daban solo para la combustión de podas forestales, sarmienta, limpieza de cortafuegos. Sin embargo, muchos no nos creímos tal cuento porque con esas fuentes energéticas parece dudoso abastecer a una cementera como la de Toral de los Vados; pero en todo caso eran necesarios estudios de impacto ambiental, ya que esa quema era una actividad diferente a la de producir cemento. Tampoco Salvemos el Bierzo, Bierzo Aire Limpio y algunos Consejos Reguladores, que fueron los que llevaron la denuncia a los tribunales, se lo creyeron. Ahora la Justicia les ha dado la razón pero no debemos bajar la guardia.