Seis bercianos viajan a Valencia para ayudar tras la DANA. / EBD
El primer fin de semana de noviembre, seis voluntarios del Bierzo emprendieron un viaje solidario a algunas de las localidades valencianas más afectadas por la DANA, entre ellas Chiva, Aldaya y Catarroja. La iniciativa surgió casi de forma espontánea, cuando una empresa local de reparto ofreció una furgoneta para el traslado de ayuda. A raíz de esto, Iván Rellán, propietario de un taller en Fabero, convirtió su negocio en un punto de recogida, y la respuesta de la comunidad fue inmediata: en poco tiempo, llenaron cuatro furgonetas con alimentos, herramientas y material de limpieza.
Los bercianos llegaron a Valencia y se encontraron con un panorama desolador: calles anegadas, sótanos inundados y negocios completamente vacíos, reducidos a paredes desnudas. En los pueblos repartieron los materiales que habían trasladado desde la comarca, y volvieron de regreso. Sin embargo, “quedaba mucho dinero de gente que nos había hecho bizums y donaciones”, explica Rellán, que lo destinaron para protectoras de animales, además de para la compra de karchers, palas, mangueras, cepillos y fregonas que llevaron el pasado fin de semana, en un segundo viaje.
Los voluntarios llegaron la madrugada del sábado 9 de noviembre, alrededor de las 5 de la mañana. Durmieron un poco en las furgonetas y en cuanto salió el sol, se pusieron manos a la obra, ayudando a vaciar varios sótanos de una calle de Paiporta, debido a que uno de ellos, Víctor, había viajado a la zona dos días antes para ver dónde se necesitaba ayuda urgente. Los jóvenes se quedaron a dormir en la casa de un matrimonio local, que les ofreció alojamiento y comida. “La hospitalidad de la gente fue increíble”, comenta Iván, “a pesar de haberlo perdido casi todo, te daban lo poco que les quedaba”.
Ayer domingo, antes de volver para el Bierzo, recorrieron Paiporta con un vecino que les enseñó el barranco y les explicó cómo vivieron la inundación. “Este fin de semana era todo desolador, todo estaba totalmente derruido”, señala el faberense.
“La desorganización es evidente”, explica Iván, refiriéndose a la falta de coordinación de voluntarios y de organización con las donaciones. “Se habla mucho de la UME y los cuerpos oficiales, pero es su trabajo, y se habla muy poco de la cantidad de voluntarios que hay, de todas las partes de España y muchos extranjeros”.
El grupo ya planea nuevas acciones para seguir apoyando a las familias damnificadas de Valencia. Así, barajan la posibilidad de ayudarles a conseguir vehículos para reemplazar los que perdieron en la catástrofe. En caso de que lleven a cabo otro viaje, tratarán de atender las peticiones concretas que les hagan los afectados, gracias a los contactos que han hecho en sus dos viajes a la Zona 0.
“Desde mi punto de vista es lo mismo que ves por redes sociales, televisión y todo, pero en lugar de ver una calle, dos, ves un pueblo entero derruido. Te sorprende más, porque ves mucho más”, concluye Iván.
Miembros de la Asociación de Retirados Asociados de la Guardia Civil de España (RAGCE), junto a algunos familiares, se desplazaron a las localidades más afectadas por la DANA como Paiporta, Sedaví y Chiva, coordinados por su presidenta, Lucía Llano, y en colaboración con las alcaldías, protección civil y cuerpos policiales locales. Entre ellos, José Ángel Luna García, socio fundador de RAGCE y residente en Ponferrada.
Los ex guardias civiles llevaron a cabo tareas esenciales: limpieza de calles, distribución de alimentos, asistencia médica y retirada de escombros. Además, colaboraron en la limpieza del Cuartel de la Guardia Civil de Paiporta, un lugar marcado por la tragedia con la pérdida de dos vidas humanas.
El esfuerzo de estos retirados ha sido posible gracias a una red solidaria que incluye alojamiento en casas de compañeros y viudas de la Guardia Civil, así como la coordinación de camiones con materiales de primera necesidad.
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