PREMIOS MUJER 2024

Así es el pueblo abandonado de Santa Lucía, en el valle de Ozuela

Viajamos a esta localidad en la falda de los Aquilianos, donde sólo en un edificio se mantiene tejado y se alza todavía una hermosa iglesia

La primavera es experta en inundar de colores las lomas y faldas de la montaña berciana. Amarillos, verdes y blancos, amén de morados, pueblan la orografía de la comarca. Además, zumba la abeja y huele a miel por la senda que sube a Santa Lucía, con el místico Campo de las Danzas yecto en el horizonte. Escapan para seguir plácidamente al sol las lagartijas y un grupo de cabras ramonea los arbustos mientras el roble rebrota en la calcinada ladera de los Aquilianos, que el fuego quemó en julio del año pasado ennegreciendo el paisaje, también, de este valle del arroyo Ozuela.

Partiendo del pueblo con ese nombre, el del río, la caminata de subida cruza un hermoso paisaje en el que al final, está Santa Lucía. Solo una casa de este pueblo abandonado mantiene la cubierta, cómo no, de pizarra, la cual sirve a ovejas y vacas de refugio en los días de trueno y lluvia. En otra, se intuye lo que fue un corredor. El resto de edificaciones guarda nomás recuerdos de muros que cubren sin rubor las zarpas de las zarzas.

Al final del pueblo, la iglesia y su campa. Ha perdido la techumbre pero mantiene alzada solemne espadaña de iglesiona. El derredor, en buena parte calcinado, contrasta el verde que crece con la huella del fuego, dotada de un brillo negro como de antracita.

La vegetación va cubriendo lo que fue un pueblo más de los enclavados en la ladera de los Aquilianos, en la zona sur del municipio de Ponferrada. Santa Lucía es una de las 14 localidades deshabitadas del Bierzo y también una de las muchas que tiene nombre dedicado a un santo. La primavera es generosa, exuberante, en el valle de Ozuela. La vida desaparecida de estas casas, muchas de ellas derruidas, nos muestra la sintomatología más evidente de lo que ocurre a medida que se despuebla una comarca.