El municipio berciano de Sancedo ya está a punto de pasar de fase, urbanísticamente hablando. Su alcalde, Marcos Álvarez, recuerda que fue una de las primeras iniciativas que tomó ya en la legislatura pasada: renovar la normativa urbanística del municipio. “Las normas urbanísticas son fundamentales para dar seguridad a la gente que quiere vivir y construir en un pueblo”, afirma; y, de ahí, su tenaz convicción de que el pueblo necesita unas nuevas normas de planificación municipal. “En Sancedo hay poco espacio para construir y el que hay es caro”, señala. Eso, explica, dificulta que pueda instalarse gente en el municipio. Por ello, desde hace unos años, Sancedo es un municipio en busca de un nuevo plan.
Pero cambiar esta realidad no es algo que se pueda hacer ni con el 67% de los votos, que son los que el socialista obtuvo en las últimas municipales. El proceso para aprobar un nuevo plan urbanístico tiene varias fases. Una vez realizado el proyecto, en el caso de Sancedo por parte de la empresa de ingeniería berciana Nicsa, empieza toda una maraña administrativa. La fase uno consiste en obtener informes favorables.
Lo primero es conseguir los informes de todas las administraciones que deban pronunciarse sobre el tema. En el caso de Sancedo fueron 13. Y contar con todos favorables. Estos informes provienen de instituciones como por ejemplo las relativas a la protección del patrimonio. Si el municipio cuenta con algún bien protegido, debe tener un informe favorable a su proyecto de planeamiento. En caso contrario, por ejemplo, de no haber polígonos industriales, no se necesitan informes de ese tipo. Y así en todas las áreas.
En esta primera fase, Sancedo consiguió 12 de los 13 informes favorables. Solo falló el de Confederación Hidrográfica. ¿Por qué? Tal y como explica su alcalde, entre el momento en el que Ayuntamiento pidió el informe y el de serle remitido apareció una sentencia judicial que obliga a la Confedereción a que revise que existen recursos para el futuro techo de población que quepa deducir del planeamiento. Es decir: que cambiaron las condiciones para que el informe fuera favorable y Sancedo se tuvo que poner, literalmente, manos a la obra, para poder avanzar en el proceso.
El municipio, antes de aprobar unas normas urbanísticas, tiene que tener los servicios efectivos al techo de población que planifique. En el caso de Sancedo, explica su alcalde, la ampliación de cascos urbanos lo eleva a unos 1.000 en la cabeza del municipio, 1.000 en Cueto y algo menos del millar en Ocero, en torno a 3.000 personas. El Ayuntamiento puso en marcha un plan de obras del que han emergido, entre otras cosas, cuatro depuradoras (dos en Cueto y una en cada una de las otras dos localidades). En Ocero hubo que hacer un pozo de sondeo, pues el agua la da el Ayuntamiento. En las otras dos, se ocupa la mancomunidad, quien tuvo a bien documentar que tiene la capacidad técnica para abastecer a ese techo población que se ha planificado. También ha habido que preparar proyectos de ampliación
Tras cumplir con los requisitos, hace 15 días se volvió a pedir el informe de la Confederación Hidrográfica. Un paso más cerca de poder ampliar los cascos urbanos y poder construir; hoy por hoy, “los precios son desorbitados y eso no favorece que el pueblo crezca”, explica el alcalde, Marcos Álvarez. El fallo judicial que marca nuevas obligaciones a la Confederación (que no existían en el momento de solicitar el informe) ha demorado el avance del Plan general del municipio. Siguen en la fase 1, a la falta de ese informe. Este plan, competencia exclusiva del Ayuntamiento, tiene que ser aprobado en el Pleno (inicialmente, para tras un periodo de observación pública y alegaciones, tener aprobación provisión) y luego obtener el visto bueno de la Junta.
Es un proceso muy complejo. “Tras una aprobación inicial [son tres las que se necesitan para cambiar la regulación urbanísitica], un cambio de legislación obliga a volver atrás”, explica el alcalde. Les pasó con informes que consiguieron en la legislatura anterior.
Sancedo no ha obtenido subvenciones ni ayudas de otras administraciones para la realización del Plan General de Ordenación Urbana con el que esperan luchar contra la despoblación. “No es inversión, pagas a unos técnicos, se trata de ‘trabajos efectuados por otras empresas’”, recuerda el alcalde.
Han sido los recursos del pueblo los que financian este proyecto. Ahora, parece cercano que se pueda dar el paso a la siguiente fase y conseguir aprobarlo.