PREMIOS MUJER 2024

Sáez Aguado señala que algunas reivindicaciones de los médicos interinos son “ilegales” 

 El consejero anuncia que el concurso oposición para Medicina de Familia será el 25 de noviembre, con 302 plazas
El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado. / Miriam Chacón

El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, señaló este miércoles en Valladolid que algunas de las reivindicaciones de los médicos de familia funcionarios interinos, que amenazan con una huelga en agosto, son imposibles de atender desde el punto de vista de la legalidad. Citó, por ejemplo, la imposibilidad de acceder a una plaza sin haber pasado un proceso selectivo.

El colectivo, que agrupa a medio millar de profesionales en la Comunidad, reclama mantener la plaza hasta su jubilación o que la Consejería convoque un concurso oposición al que solo puedan acceder ellos. El consejero precisó que eso es ilegal y añadió que la Junta ha sacada en los últimos 15 años cuatro procesos selectivos de médicos de familia, con la suma de 1.300 plazas. Es más, en la última oposición un centenar de interinos logró una plaza. “Ha habido oportunidades para estabilizar y consolidar el empleo, además de ofrecerles la posibilidad de presentarse a la nueva convocatoria el 25 de noviembre”, apuntó. La previsión que maneja Sanidad es sacar 302 plazas para Medicina de Familia.

Durante la presentación de los datos sobre la listas de esperar quirúrgica, Sáez Aguado subrayó las facilidades que tienen los médicos interinos, no solo porque al ser concurso oposición, el 60 por ciento resulta de la nota del examen y el 40 por ciento restante, los servicios prestados y la experiencia profesional. Afirmó que es un colectivo con otras “ventajas” al contar con un temario reducido y el tribunal facilita la bibliografía para seleccionar las preguntas de la prueba. “Les animo a que se mantengan en su trabajo y se apliquen en la oposición para ayudarnos a lograr la estabilidad en el empleo”, manifestó. De ahí que se mostró esperanzado en que la huelga no se convoque.

En todo caso, el consejero aseveró que todos estos médicos interinos tengan garantizado su puesto de trabajo en la sanidad pública pero, en algunos casos, no será el que ocupan ahora. No en vano, está pendiente un concurso de traslados. También señaló que la Junta acordó con los sindicatos que el régimen de los profesionales sanitarios será estatutario.

Por último, abogó por continuar en la línea emprendida para agotar las tasas de reposición, convocar el máximo número de oposiciones y favorecer los concursos de traslados entre todo el personal.

Enfermeros en los colegios

En cuanto a la demanda del Sindicato de Enfermería (Satse) de Castilla y León de contar con un profesional de enfermería en cada centro escolar de la Comunidad, Antonio María Sáez Aguado respondió que la Consejería de Educación trabaja en la regulación de la atención sanitaria, en colaboración con Sanidad y Familia, con el ánimo de atender las necesidades de la comunidad educativa.

El consejero explicó que el objetivo es que la regulación, que podría estar lista a lo largo de este año, analice cada curso las necesidades sanitarias de cada centro, en función de los alumnos. Obviamente, reconoció que los centros de educación especial son los que cuentan con más necesidades.

También recordó que los diabéticos menores de 16 años ya cuentan con un medidor continuo de glucosa, lo que permite un mayor control automático y reduce el número de pinchazos.

Satse aboga por que los enfermeros en los centros atiendan las necesidades sanitarias de los escolares y desarrollen una labor de información y adquisición de hábitos saludables en los niños y jóvenes, así como actuaciones de prevención y detección de problemas de salud física, psicológica o emocional.

Los profesionales de enfermería podrían atender las necesidades sanitarias de las escolares (administración de medicamentos, control de la alimentación, asistencia en caso de enfermedad o accidentes) y prevenir y detectar problemas de salud, ‘bullying’, desórdenes alimentarios y adición a determinadas sustancias como el alcohol y el tabaco. De esta manera, se podrían prevenir problemas futuros para los alumnos y estos aprenderían desde edades tempranas consejos de salud que les ayudarían en el presente y futuro. También evitaría que el profesorado tuviera que asumir responsabilidades para las que no tienen competencias ni formación específica.