PREMIOS MUJER 2024

Réquiem por las Juntas Vecinales

 Hoy quiero hablar de las juntas vecinales y de esa ley que el gobierno llama de racionalización y sostenibilidad de la administración local. Sin miedo a ser señalada con el dedo de la demagogia, la mayoría de las reformas políticas llevan ese maquillaje de bondad, que acaba levantado urticarias allí donde se aplica, porque nadie pone empeño en la calidad. Y la calidad, en este caso, la calidad de vida de sus gentes, sólo la pueden procurar las juntas vecinales, pedanías o parroquias, porque su gestión se realiza por y para los vecinos. ¿Alguien podría imaginarse qué sería de los pueblos sin las juntas vecinales?. Las juntas vecinales son sinónimo de pluralismo, de participación ciudadana, de democracia… sí hombre: esa doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno, que tanto predican algunos políticos y que con tan poco ejemplo disponen. Democracia de poder administrar sus bienes, los que disfrutan los habitantes de cada pueblo, de cada remota localidad.

       De esos pueblos a los que dan vida y sostienen los propios vecinos, los que han decidido quedarse a vivir donde nacieron, esos que no traicionan a la tierra, esos que con muchas dificultades y mucha falta de todo, sostienen la población rural. Y son sus órganos, los vecinales, los que dan personalidad al patrimonio, a los caminos rurales, a los pastos, a los centros sociales que en un día fueron Tele Clubs, y que hoy se convierten en lugar de reunión para echar la tarde comentando con el vecino, cómo ha ido  la labor. Hasta los cementerios que también dependen de las pedanías, se quedan pequeños, porque hasta la muerte, les hace volver a sus orígenes.

       Todas estas cosas, tan ínfimamente grandiosas, se escapan al objetivo político de esta reforma que tiene una buena disculpa: la de poner a régimen a la administración, cargada de organismos que duplican sus competencias, (ayuntamientos, diputaciones y gobiernos regionales, gobierno de la nación, gobierno europeo…) miren que no hay de donde adelgazar, para que tengan que venir a enseñar el colmillo a las juntas vecinales.

       Esa misma reforma local propuesta por el Gobierno, contempla que los municipios con deudas y déficit tendrán que aprobar un plan económico, que incluya la supresión de todas sus entidades locales menores, cuyos patrimonios pasarían al ayuntamiento, que sería el beneficiado por esa decisión. La Ley que pretende el gobierno se ha encontrado muchas voces discordantes, todavía se está a tiempo, las protestas continúan.

       Dejo en el aire, la reflexión de las plataformas en defensa de los concejos, que han manifestado que lo que se pretende hacer con estos organismos: “Es lo mismo que le ocurre a una comunidad indígena en el Perú cuando le expropian sus tierras para que entre una multinacional canadiense a quedarse con sus recursos. Los bienes comunales son anteriores al Estado moderno, al Estado representativo.

       ¡Que las campanas sigan tocando a concejo!, y que los bienes de los pueblos sigan residiendo en su justo sitio, en manos de las asambleas de vecinos y vecinas.