La entrada a la atmósfera de los restos del satélite Starlink 2200, que puso en el espacio hace un año el magnate Elon Musk, dejó este domingo, hacia las 22.00 horas de la noche, un rastro de fuego de sur a norte que pudo verse en el cielo nocturno de la Comunidad, tras sobrevolar la Península Ibérica desde Marruecos. Los restos, que cayeron al mar Cantábrico, fueron observados en diferentes puntos desde Ávila a León, según confirmó la Red de Investigación Bólidos y Meteoritos (SPMN).
Se trata del reingreso en la Tierra de un Starlink, que tras llegar a la atmósfera se desprendió en su fase final del satélite, dejando un rastro de fuego que fue observado también desde País Vasco, Lleida o Sevilla, entre otros puntos.
El SPMN señala que en los vídeos y fotografías se aprecia la fragmentación en “siete u ocho piezas, que coincide con los testimonios”. El astrofísico Josep Trigo confirmó que “se trata de la fase final del Starlink 2200, que impulsó la constelación de satélites a su órbita, tras lo cual decae como reentrada”. Además, advirtió de que este tipo “de reentradas se harán comunes”, como ya predijo la Red. La fragmentación extendida del objeto se produce al alcanzar las capas bajas de la atmósfera.