PREMIOS MUJER 2024

Raíces profundas

Como en tantas otras ocasiones ha sido el entusiasmo de una persona la que animó la creación de la asociación Ludus Bergidum Flavium. Probablemente lo que en un primer momento pretendió Gonzalo González Guerrero, el alma y promotor de la misma, fue pasarlo bien con su mujer y sus amigos, celebrar una especie de Fiesta de la Historia lúdica, como se hace en tantos lugares de España, aprovechando el pasado romano de Cacabelos (la antigua Bergidum Flavium); de ahí el nombre de la asociación: Ludus, que en latín significa juego y diversión. Nada mejor que jugar, que lo lúdico, para despertar el interés de sus conciudanos por las cosas de la historia local, que cuando no se hace desde el chovinismo suele ser la mejor propedéutica para conocer la Historia con mayúsculas.

Y a fe que Gonzalo lo ha conseguido con éxito. Desde 2010 la villa del Cúa se ha visto animada en el mes de agosto por una troupe de soldados romanos de flamantes corazas segmentadas, bellas mujeres de blancas túnicas ceñidas por llamativos cinturones, un césar que mira altivo desde su cuadriga y algunos astures ruidosos con sus caetras y espadas cortas. De esa guisa vestidos consiguen animar las calles, desfilando al son de tambores y trompetas o escenificando un mercado donde pueden adquirirse, con monedas romanas acuñadas para la ocasión, todo tipo de manjares, bebidas, atuendos y joyas. En época de crisis, la fiesta es otro atractivo más para acercarse a Cacabelos, beber sus vinos o comer en sus restaurantes. Las mejores iniciativas no son nunca las orquestadas por las autoridades, sino las que nacen de la propia sociedad civil.

Gonzalo, que es maestro de profesión, sabe la importancia del juego como recurso pedagógico. La expresión latina ludum mittere aliquem significa enviar a uno a la escuela, y eso es lo que la asociación se propone este fin de semana, en el que ha programado una serie de actos atractivos e interesantes, para que los educandos (es decir, todos los que quieran) acudan contentos al aula. Lo primero poner en valor algunos de los restos romanos de Cacabelos; mejor todavía, hacer que sus convecinos lean en esas ruinas la historia de su pueblo, porque constata, así me lo me lo decía hace algún tiempo, lo poco que de esa historia saben sus gentes. El pueblo está rodeado de topónimos, reliquias y vestigios prerromanos y romanos, pero son pocos los capacitados para interpretarlos correctamente. No es que en ello nos vaya la vida, pero saber de donde venimos nos permitirá discernir hacia dónde queremos ir

En los dos yacimientos más importantes de ese pasado prerromano y romano, el Castro de la Ventosa y La Edrada, la asociación ha encargado sendos paneles que explicarán someramente a todos, también a los forasteros que nos visiten, lo que allí están viendo; interpretar tales restos que eso, al fin de cuentas, es la Historia. Gonzalo contagia su entusiasmo; también a mi, porque todavía no estoy de vuelta de todo. Me gustan estas iniciativas y me animan a colaborar porque son buenas: he puesto mi pequeñito grano de arena redactando los textos. Lo he hecho mediante una apretada síntesis, sabiendo lo mucho que me veo obligado a callar por el espacio disponible, pero me consuela pensar que su lectura animará a profundizar en la buena bibliografía que ya hay sobre esos yacimientos.

Castro Ventosa es un yacimiento arqueológico que guarda entre sus muros una larga historia, no en vano es el más importante y significativo del Bierzo por sus dimensiones e importancia histórica. Se halla en el límite de tres municipios (Cacabelos, Villafranca y Toral de los Vados) y ocupa una elevada y casi plana meseta (en torno a los 700 metros de altitud) de algo más de seis hectáreas, desde la que se domina todo el Bierzo Bajo. Algunas zonas del yacimiento fueron objeto de catas y excavaciones arqueológicas en los años setenta del siglo XX, y a finales de ese siglo se hicieron nuevas excavaciones y se restauraron parte de sus murallas y algunos cubos de ésta.

Casto Ventosa fue un castro prerromano en el que se han hallado restos de cerámicas de las edades del bronce y el hierro, que se relacionan con la mítica Bergida, a la que aluden Floro y Orosio como el lugar bajo cuyas murallas romanos y astures pelearon durante las guerras de los años 29 al 19 a C. Tras la conquista, el emperador Augusto obligó a sus habitantes a descender al llano, siendo entonces cuando surge la ciudad de Bergidum Flavium en el pago de La Edrada (Cacabelos). El castro fue deshabitado parcialmente, pues hay huellas de la presencia de unidades militares. Más tarde, la inseguridad del siglo IV favorecería el abandono de la llanura y la reocupación del castro. Es entonces cuando se construye la muralla que circuvala un perímetro de 1.136 metros, que no difiere de las que rodean ciudades como Lucus, Asturica y Legio.

El castro estuvo habitado en época visigoda (Bergidon) y altomedieval (a partir del siglo IX se sustituye aquel nombre por el de Castro Ventosa). Fue un importante bastión en la defensa contra los musulmanes, pues sus poderosas murallas lo convirtieron en uno de los castella sobre los que se organizó la administración y defensa del reino asturiano durante los siglos VIII y IX. Incluso llegó a contar con varias iglesias en su interior. Luego, con el avance repoblador y sin el peligro de las razzias agarenas, fue nuevamente abandonado, aunque nunca deshabitado del todo hasta el siglo XIX. Hubo intentos de repoblación de la vieja capital del Bierzo por los reyes Fernando II y Alfonso IX, que fracasaron por la oposición de las villas cercanas y el poderoso monasterio de Carracedo.

La Edrada es un yacimiento arqueológico excavado en los años 1987-89 (zona sur destruida) y 2002 (norte visitable), en el que aparecieron importantes estructuras urbanas, termas y una atarjea o red de saneamiento de considerable dimensión, que aún podemos admirar. Todo ello sugiere que estamos ante una ciudad, que no puede ser otra que Bergidum Flavium, pues en Cacabelos coinciden los datos que nos transmiten las fuentes sobre su ubicación: coordenadas de Ptolomeo (8.30 de longitud y 44.10 de latitud), distancia que la separaba de Asturica Augusta (50 millas), Lucus Augusti (70 millas) y Bracara Augusta, en las vías XVIII, XIX y XX del Itineriario de Antonino, e importancia histórica.

Los historiadores coinciden en que dicha ciudad se hallaba en los alrededores de Cacabelos, aunque discuten su emplazamiento exacto: Castro Ventosa o La Edrada. Castro Ventosa, al otro lado del Cúa, fue un castro astur (Bergida) y en el Bajo Imperio una ciudadela amurallada (Bergido); pero Bergidum Flavium, la ciudad romana altoimperial, se localizó aquí y éstos son sus restos. Esto explica además la política de Augusto tras las guerras contra los cántabros y astures (años 29 al 19 a C.): los hizo bajar de sus castros y los asentó en la llanura. La inestabilidad política a partir del siglo IV obligó a la reutilización del castro, su amurallamiento y que buena parte de la población de Bergidum Flavium se desplazase al mismo.

Bergidum Flavium, entre el río Cúa y la reguera Argancina, ocupó una amplia extensión de vega fértil en el pago de La Edrada, en el que además de las estructuras urbanas citadas, han aparecido cerámicas, monedas, lápidas, objetos de bronce y cristal (hoy en el MARCA). Fue municipio romano, como se deduce de la lápida de Cayo Valerio Arabino, hallada en Tarragona, que menciona a un sacerdote augustal en la capital de la provincia, que había nacido en Bergidum Flavium y recorrido en ella el cursus honorum como ciudad (republica) de derecho latino concedido por los Flavios. Fue una mansión (mansio) en las vías que unían las capitales de los tres conventos jurídicos del noroeste; y fue también centro administrativo y político de las explotaciones auríferas del Bierzo (Las Médulas, La Leitosa, los Cáscaros, etc.).

La inauguración de estos paneles no es más que una parte de los actos que se celebrarán en este puente de los Santos (día 3 de noviembre) y en el siguiente fin de semana (días 9 y 10). En ellos habrá visitas guiadas por ambos yacimientos (Verónica Álvarez) y conferencias en el salón de actos del Museo (Miguel Ángel González), que acercarán esa interesante historia a los vecinos de Cacabelos y a todos los que nos acompañen. La asociación quiere con ellos no sólo profundizar en la historia del municipio, también valorar, respetar y fomentar el cuidado y conservación de estos yacimientos, que son señas de nuestra identidad.

Aunque desconozco los motivos de celebrar tales actos durante este puente, quiero señalar su oportunidad, pues al fin y al cabo en estos días recordamos a nuestros difuntos, y éstos son nuestros antepasados, nuestros padres, cuyo humus -pues están inhumados- constituye nuestra patria chica, que forma parte de la otra, la Patria que subyace como basamento de la nación española. En La ciudad antigua, Fustel de Coulanges explica el papel que el culto a los antepasados tuvo en el origen de la religión, la familia, la propiedad, el derecho, el Estado. Sin caer en idolatrías de ningún tipo, conocer el pasado es ahondar en nuestras raíces, crear lazos con nuestros convecinos, solidarizarse con todos aquellos que tenemos una patria y una historia común.