PREMIOS MUJER 2024

“Qué vergüenza de país – como en España en ningún lado”

Cuestión muy española es aquello de criticar, de no orgullecernos de nuestros logros para destacar nuestros fracasos. Evidentemente es esta una corriente que parece extenderse hasta el infinito y más allá, incluso algunos extranjeros se sorprenden y se quedan perplejos cuando alabamos todo lo realizado fuera de nuestras fronteras para avergonzarnos y condenar todo lo propio. Pues bien, es esta una corriente que desde hace algún tiempo se ha instaurado en contra del gestor de lo público, relacionando dicha gestión con los cargos políticos. Cierto es que desde luego mucho no han ayudado los constantes casos de corrupción que en nuestro país se han destapado, casos de unos y de otros que no ayudan en nada a paliar ese afán español de criticar lo propio. Casos, que al igual que en una contrarreloj de las desarrolladas estos días en Ponferrada, parecen tomar la salida cada 2 minutos para ir lapidando poco a poco toda voluntad de defender la gestión pública. Cierto es que aún existe una línea, cada vez más fina, que parece separa lo Nacional de lo Local, una línea que adelgaza por momentos provocando que casi en exclusiva sean los trabajadores de las administraciones públicas, funcionarios, los únicos con voluntad de acercarse a la política sabedores de que esa línea en su caso es más gruesa, puesto que como bien dice nuestro sabio refranero, “Bueno es pan duro cuando es seguro”. Los demás ciudadanos, sabedores de este afán nacional de destrozar lo propio, parecemos poder “mirar pero no tocar” puesto que no tenemos ese pan duro asegurado.

No hace tanto tiempo podíamos escuchar o leer en la prensa nacional noticias de admiración por aquellos políticos, eso sí, foráneos, que dejaban sus cargos por convicciones políticas o simplemente por diferencias de opinión con sus compañeros. Podía escucharse y leerse que aquellos eran verdaderos políticos honrados que sin necesidad de ser imputados, condenados o encarcelados decían un “hasta luego” o “hasta nunca”, según sus propias convicciones para dedicarse a otros menesteres. Es aquí cuando me viene a la cabeza un genial monólogo de Goyo Jiménez, un monólogo que venía a decir: “España, que asco de país, que vergüenza, lo que no pase en España… eso sí, cuando volamos a Turquía, nos alojamos en el Mej Mej octavo y nos dan para cenar un Kebab y yogurt agrio”, entonces una sensación extraña recorre nuestro interior y nos impulsa a decir, “como en España en ningún lado”.

Hace pocos días conocíamos que un político nacional, un ministro nada más y nada menos, decía un “hasta nunca” para dedicarse a otros menesteres. Es entonces cuando podemos escuchar de una gran mayoría de la opinión pública aquello de “Que vergüenza de país, lo que no pase en España…” y ciertamente me sorprende debido a que en esta ocasión la dimisión no viene provocada por una imputación, una sentencia, una condena… sino por convicciones personales. Pero claro… como bien decía Goyo Jiménez en otro fragmento de su monólogo “Quien ganó el mundial? España, ahhh Yo soy español, español, español… pero ¿a quien eliminan siempre en cuartos? Qué vergüenza de país, con lo que cobran… pero si no sudan la camiseta…pasarán hambre, lo que no pase en España”.

Estoy seguro de que como sociedad tenemos muchas cosas buenas, pero quizá debamos cenar a menudo un Kebab con yogurt agrio para recordarlo.