Sin agua corriente, sin aceras asfaltadas y sin alcantarillado. Así es como viven Pablo y Sergio, dos jóvenes de 37 años, en Peón de Abajo, un pequeño pueblo abandonado en el que la naturaleza se apodera de las casas y solo se escucha el sonido de los animales.
“Mis padres compraron esta casa en el año 1985, yo la he heredado y la voy restaurando y manteniendo poco a poco”, explica Pablo. En cuanto a la pregunta de qué es lo que ha cambiado en el pueblo en estos 40 años, Pablo responde rotundamente: “la falta de gente y las casas están destrozadas”, por lo demás, “es como estar en los 80, sin agua corriente, sin asfalto y sin alcantarillado”. Lo que sí tiene el pueblo es luz, que llegó en el año 1973. “Fue tal el acontecimiento que hicieron hasta una fiesta”, cuenta Pablo entre risas.
Peón de Abajo pertenece a Toral de los Vados, mientras que Peón de Arriba pertenece a Carracedelo. Este último, también estaba abandonado, pero hace dos años fue rehabilitado por el Ayuntamiento de Carracedelo y por los vecinos de Villadepalos, con los que se llegó a varios acuerdos. Esta aldea ha sido transformada en albergue turístico ligado a distintas actividades.
Peón de Abajo “nació por las vías del tren, en el siglo XIX, cuando hicieron la vía hacia Galicia, hubo gente que se instaló aquí. Había un barquero que, con una cuerda, trasladaba a la gente y a los animales para poder ir de un lado a otro del río”. Así se cruzaba a Villadepalos o a Carucedo hasta que en 1986 construyeron el puente.
Cuando Pablo era pequeño, en los años 90, vivían en el pueblo 4 familias. Hoy en día solo viven ellos dos. “Yo empecé a restaurar la casa de mis padres y hace poco, Sergio compró la casa de al lado y la está restaurando. A mi me hizo mucha ilusión porque esto es como mi retiro espiritual pero se agradece compañía”, señala este berciano.
Además, a este pueblo no puede acceder cualquier vehículo. “Tienes que tener un todoterreno, una furgoneta o una moto con la que puedas pasar porque el camino es de tierra”. En invierno, cuando las riadas cubren el camino, tienen que acceder a la aldea por Carucedo, ampliando el recorrido y llegando a tardar 40 minutos desde Ponferrada.
Su padre vivió en Peón de Abajo hasta el año 2014 y también vivió solo en el pueblo. “A todo se amolda uno, al final te haces tu rutina. Para cocinar tienes que coger leña y hacer el fuego y para ducharte tienes que llenar un balde de agua. Cosas que hoy en día tienes con solo apretar un botón”.
En Peón de Abajo no hay más casas en venta pero estos bercianos confiesan que están “a gusto así, con vidas sencillas”.
A ver, en los años 80 existía luz, agua corriente,….vamos que eso de recoger leña y agua xa bañarse en un balde habría que remontarse algo más atrás