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La provincia del Bierzo, 200 años de una historia efímera

El sueño de la provincia de Villafranca duró apenas dos años, víctima de la restauración absolutista

El 27 de enero de 1822 un decreto de las Cortes promulgaba oficialmente la creación de la provincia del Bierzo, llamada provincia de Villafranca del Vierzo, ya que el mismo decreto, en su artículo segundo, señalaba que se daría a todas las provincias del nuevo ordenamiento territorial el nombre de su capital, salvo en el caso de los archipiélagos.

Se culminaba así el proceso iniciado con el Trienio Liberal (1820-1823) para una nueva división provincial de España, que se encargó a los técnicos Felipe Bauzá y José Agustín de Larramendi y que constaba de 52 provincias, entre las que estaba la del Bierzo (o Vierzo), con capital en Villafranca y 86.365 habitantes, según recoge el libro El Bierzo Provincia, un relámpago en tiempos oscuros, de Miguel José García González ‘Jota’.

La creación de la provincia del Bierzo culminaba un deseo que venía de largo tiempo atrás y que en su momento decisivo se encontró con la enconada lucha entre Villafranca y Ponferrada por hacerse con su capitalidad, que finalmente recayó en la villa del Burbia, pues supo mover mejor sus fichas en Madrid ante una Ponferrada demasiado confiada en sus posibilidades.

La nueva provincia comprendía los partidos judiciales de Villafranca, Ponferrada, Toreno y O Barco de Valdeorras, y el decreto de creación establecía sus límites “por el norte, la cordillera que actualmente divide a Asturias de León desde el monte del Cuadro, origen del río Cúa, hasta el nacimiento del río Sil en Leitariegos; al este, la línea divisoria de aguas al Cabrera y Eria, monte Teleno, puertos de Foncebadón, Fonfría, Manzanal y la divisoria al Sil y al Orbigo, pasando por la montaña de Salientes y siguiendo al collado de Cerredo y puerto de Leitariegos; al sur, las sierras de Cabrera que dan origen al río de este nombre; y por el oeste, el antiguo límite de Galicia desde el monte del Cuadro hasta el origen del Bisuña; de allí seguía por los montes que forman el valle de Orres hasta el puente de Cigarrosa, desde donde continuaba por los altos a buscar las sierras del Exe y Peña Trevinca, siguiendo por el nacimiento del río Casoyo a unirse con las sierras de Cabrera, el valle de Orres y los concejos del Sil de Arriba y de Abajo, Salientes, Salentinos y Valseco, Tejedo y Mata de Otero quedaban comprendidos en esta provincia”.

Provincia del Bierzo
División territorial de 1822, con la provincia del Bierzo señalada en rojo. / Wikimedia Commons

 

Tres jefes políticos en dos años

El abogado Juan de Zárate y Murga fue nombrado el 10 de marzo de 1822 primer jefe político de la provincia del Vierzo, estableciéndose la sede de la Diputación en el convento de los Padres Paúles de Villafranca. La inestabilidad política y militar en España llegó también al Bierzo, que el 21 de agosto de ese mismo año conocía a su nuevo jefe político, el coronel de caballería Carlos de Villapadierna, que se incorporó al cargo el 1 de septiembre.

Aún habría otro jefe político más, Domingo Agüera Bustamante, que tomó posesión el 1 de junio de 1823 y, apenas unos meses después, vio cómo la Restauración absolutista dejaba en suspenso, con un decreto del 1 de octubre de ese año, todas las actuaciones llevadas a cabo por el Gobierno constitucional, entre las que se incluía la reforma de la ordenación territorial de España. Ese fue, de facto, el fin de la provincia del Bierzo, que ya nunca volvería.

A pesar de tener poco más de un año de gobierno efectivo, la Diputación del Bierzo “desarrolló sus obligaciones con eficacia y comenzó a aplicar con sensatez las resoluciones generales del Trienio Liberal”, según explica Miguel José García en su libro, dejando incluso de lado las disputas entre Villafranca y Ponferrada, que “colaboró diligentemente con las autoridades provinciales”.

El Repertorio general de noticias políticas, civiles, económicas y estadísticas de Europa y más particularmente de España para el año 1823 recogía que “instalada esta diputación el 13 de mayo de 1822, se halló son medio ni recursos para poner corrientes sus oficinas (…), sin documentos ni antecedentes que sirviesen de norte a sus operaciones (…); pero esta digna corporación no sólo superó cuantas dificultades se presentaban, sino que establecidas sus oficinas ha trabajado incesantemente (…). Han ejecutado en siete meses lo que tal vez en otro tiempo hubiera sido ocupación de algunos años (…). Y su población asciende a 101.000 almas”.

Provincia del Bierzo
Monolito en el parque de La Provincia del Bierzo / EBD

 

Los intentos de recuperación

Tras la muerte de Fernando VII, en 1833 se establecía una nueva partición territorial, en este caso obra del ministro de Fomento, Javier Burgos, en la que desaparecía la provincia del Bierzo, repartida entre León y Orense. El proyecto de Javier Burgos eliminaba también otras provincias efímeras, como las de Játiva y Calatayud, y el inicio de las Guerras Carlistas desplazó el foco de atención a otros asuntos, dejando de lado la reivindicación berciana de su provincia.

Aún así, las aspiraciones de la región por recuperar lo que había tenido en el Trienio Liberal seguían vivas y hubo nuevos intentos en 1837, con la llegada del gobierno progresista, en 1842 y en 1844, cuando hubo rumores de una nueva división territorial, y también durante el Bienio Progresista (1854-1856), pero todos los intentos quedaron en nada y apenas sirvieron más que para reavivar las disputas entre Villafranca y Ponferrada.

Ya en el siglo XX, tras la dictadura franquista nacen los primeros partidos regionalistas bercianos y en 1991 la creación de la Ley de la Comarca del Bierzo hizo renacer cierta esperanza en una futura provincia, pero el paso de los años ha dejado a la institución comarcal sin apenas competencias y muy alejada del estatus provincial que algunas voces todavía, de cuando en cuando, reivindican.

Provincia del Bierzo
Mapa de la provincia de Villafranca del Vierzo. / CCB