El año pasado, por estas fechas, nos anunciaron que quedaríamos sin paga extraordinaria de navidad, y, claro, eso se nota un montón. No cabe duda que la extra es un alivio que permite reponerse un poco de los sustos que con frecuencia nos da la economía doméstica. No obstante, a pesar de lo que nos haya podido fastidiar este recorte, algunos lo hemos aceptado muy gustosamente, pensando en que otros no tienen ni siquiera el sueldo del mes, por estar sin trabajo. Así pues, si los recortes son necesarios y ayudan a salir de este pozo, bienvenidos sean. En realidad quienes hoy tenemos un empleo estable no podemos quejarnos.
Entiendo, sinceramente, que las protestas de algunos colectivos son manifiestamente insolidarias. Paradójicamente los que menos protestan son precisamente aquellos que menos tienen o que no tienen nada, mientras que suele ocurrir que los que más se quejan se encuentran entre aquellos que menos problemas tienen.
En todo caso ya teníamos asimilado y superado lo de la pérdida de la anterior extra de navidad, pero resulta que ahora nos dicen que han recurrido y que es posible que nos devuelvan al menos una parte de lo no cobrado. Si en su día lo aceptamos como gesto de solidaridad, lo lógico sería que ahora renunciáramos a ello, cosa que me temo que pocos van a aceptar. De ahí que ahora se nos ocurre una solución intermedia, lo que llamamos una proposición no deshonesta: en caso que tal devolución tenga lugar podemos entregar el importe íntegro a Cáritas o a otras organizaciones de confianza, o directamente a personas que lo necesitan.
Uno no es tan ingenuo como para pensar que esta idea vaya a ser bien aceptada y llevada a la práctica, pero nos conformamos con que haya alguien a quien le pueda servir. Personalmente lo tengo muy claro. Y hasta pienso que el rasgo pueda tener su parte de egoísmo, puesto que la experiencia nos dice que quien generosamente siembra generosamente cosecha. Y también que algunos de los que piensan solamente en sí mismos pueden llegar a encontrarse un día como tantas víctimas de esta desoladora crisis.