Nunca me ha apasionado la política y, honestamente, es la parte de mi profesión que menos interés me despierta. Sin embargo, no puedo dejar de asombrarme con el ‘show’ que se forma alrededor de ella cuando se acercan las elecciones, da igual del tipo que sean. En este caso, me refiero a las autonómicas.
Me explico con un ejemplo rápido y muy claro. El problema de los consultorios rurales. Resulta que la pandemia ha sido una buena excusa para cerrar consultorios médicos de pueblos que no tienen recursos en materia de sanidad. Y digo que la pandemia ha sido una excusa porque los consultorios rurales siempre han supuesto un problema para Sanidad. Los médicos y enfermeras no quieren acudir a estos pueblos que, en la mayoría de los casos, están lejos y tienen carreteras peligrosas o complicadas para llegar a ellos.
En todo este tiempo, las personas que gobiernan no han sido capaces de darle una solución digna y justa a todos aquellos ciudadanos—en su mayoría de avanzada edad— que viven en los pueblos del Bierzo —en la mayoría de los casos también de difícil acceso— para tener un servicio médico a su alcance.
Los vecinos de los pueblos del Bierzo se quejan de años de abandono, se preguntan por qué tienen que desplazarse a otros municipios para ser atendidos de urgencia y no entienden por qué hay tantos cambios en el servicio médico de sus localidades. Han recogido firmas, pedido explicaciones y protestado hasta quedarse sin voz. Todo ello, sin recibir ninguna solución.
Pero ¡ah! llegan las elecciones y como movidos por una ganas inmensas de actuar, que no se sabe muy bien de donde les vienen,… prometen que “los consultorios rurales serán una prioridad”. ¡Ahora! Y esto me lleva a pensar, irremediablemente, que nos deben tomar por tontos. Pero como esa, muchas promesas más que nunca llegarán al Bierzo, porque si algo he aprendido en mi corta pero intensa carrera como periodista en esta tierra, es que esta Comarca no les interesa ni lo más mínimo.