María tiene 77 años y es natural de Tejedo de Ancares, ubicado en Candín, pero cuando se casó a los 19 años se asentó en Arganza, donde ha vivido toda su vida. Es tal el reconocimiento que María tiene en este municipio berciano que hace algunos años recibió un galardón por parte del Ayuntamiento que le premiaba por destacar por haber sido una auténtica mujer trabajadora.
Esta berciana entra dentro de nuestra selección de candidatas a Premios Mujer Bierzo 4.0 por su constante lucha por sacar adelante a sus hijos, por su valentía y por su entereza.
María fue una de esas mujeres del carbón que trabajaron en la mina dejando huella en la historia de la comarca. Ella empezó a trabajar muy joven —recién cumplida su mayoría de edad— en la mina de Corralines, en los posaderos de Lillo del Bierzo. El machismo reinaba en estas explotaciones. María cuenta que con ella trabajan otras 7 mujeres y alguna de ellas estaba incluso embarazada. María y sus compañeras se encargaban de escoger el carbón en una cinta por la que iban pasando diferentes piedras. “Teníamos que tirar las que no eran carbón”, cuenta. “Yo trabajaba de 16.00 a 22.00 y volvía a casa ya de noche pero yo no tenía miedo”. A las otras mujeres les preocupaba que le pasara algo porque María volvía a su casa sola y tenía que atravesar una montaña completamente desierta, sin embargo, ella no tenía miedo.
Empezó a trabajar en la mina en busca de su independencia económica. Era presumida y no quería depender de su padre para complacer sus caprichos. “A mi me gustaba ir a la peluquería todos los domingos y comprarme ropa, por eso empecé a trabajar en la mina”. Se trataba de un oficio que su padre había ejercido durante toda su vida. “Mi padre trabajó en la mina desde los 14 años”. Su marido, con el que se casó a los 19 años, también trabajó en la mina durante muchos años.
Su adolescencia estuvo marcada por la muerte de su madre —que falleció cuando ella apenas tenía 13 años— y su juventud —que estuvo marcada también por la muerte de su padre cuando ella tenía 22 años— fue muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver hoy en día. “En Lillo casi no había agua ni para beber y mucho menos para lavar la ropa en las casas. Muchas veces teníamos que ir a Bárcena andando y con el balde en la cabeza. Tardábamos todo el día“, relata echando la vista atrás.
Esta berciana, vecina de Arganza, se casó con 19 años y lleva viviendo 50 años en esta localidad. Desde entonces, María se ha hecho querer en este pueblo. Regentó un bar que estuvo en el centro de Arganza hasta que otros establecimientos se hicieron un hueco y empezaron a ser competencia para María y su familia. “El bar que teníamos lo cogimos primero en la carretera y luego lo tuvimos en nuestra casa. Más tarde, abrieron otros dos bares en el pueblo y decidimos cerrar el nuestro. Nuestro bar era el bar Chaparral. Los restos de ese bar todavía perduran en el bajo de nuestra casa pero ya no lo utilizamos como tal, sino para nuestro propio disfrute. La gente nos decía que no cerrásemos porque lo teníamos en el medio del pueblo pero ya no queríamos seguir con él”.
María es viuda. Su marido murió por cáncer cuando ella tenía 59 años. Juntos tuvieron 8 hijos, de los que a día de hoy cuida a dos. Uno de ellos tuvo cáncer y otro tiene una discapacidad. Esta berciana nunca dejó de trabajar para sacar adelante a sus hijos. Trabajó en la mina, en el bar y recogiendo manzanas. Todo ello a la vez que cuidaba de sus hijos y mantenía la casa limpia. “Los hombres antes en casa no hacían nada”, explica al tiempo que recuerda que “una vez me puse mala y no me podía mover y aún así me levantaba para hacer las cosas de casa”. María ha vivido una época machista, como la mayoría de mujeres de aquellos tiempos, y le tocó cargar con el peso de ser mujer en un tiempo en el que los hombres no ayudaban en casa ni en el cuidado de los niños.
María hace un repaso por toda su vida y afirma con total rotundidad que “la vida para mí ha sido trabajar y cuidar a mis hijos. La etapa en la que tuvimos el bar fue muy buena y yo me llevo muy bien con la gente del pueblo”.
El Ayuntamiento de Arganza ha propuesto a esta berciana como candidata a los Premios Mujer Bierzo 4.0 que organiza El Bierzo Digital. Estos premios buscan reconocer y galardonar a la encomiable labor de todas las mujeres y, especialmente, a las de nuestra comarca.
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Fotos QUINITO:
Es cierto, una mujer muy trabajadora y siempre ha estado hay para los suyos. Bravo por todas las MARIA’S.
Fue mi suegra por un corto tiempo,pero jamás tendre en mi boca una mala palabra para ella,la veía trabajar de sol a sol,mientras sus hijos se quedaba en la cama,sus nietas y yo,incluso estando lejos,sabemos que ella es un ejemplo a seguir,desde Tenerife deseamos que ese premio sea el principio de muchos más.Te lo mereces ,suegra.