PP, resistir es vencer

El Partido Popular se presenta a estas elecciones generales como el único que ha demostrado con hechos que se puede presentar cara a la adversidad, en este caso económica, y dar síntomas de recuperación que aún se nos antojan excesivamente leves para la economía doméstica, también llamada micro. Y con ese logro de gigante siendo hormiga, quiere hacer entender a toda la ciudadanía que el esfuerzo que todos hemos hecho ha servido para que las cosas no fuesen peor. Casos como el griego sirvan de ejemplo.

En Castilla y León también se ha demostrado que se pueden mantener cuotas del llamado Estado de bienestar, esto es, educación, sanidad y servicios sociales recortando en grandes obras públicas y otras partidas que, si bien ralentizan el desarrollo, para una comunidad muy envejecida y rural se prefiere «andar antes que volar», que decía mi querida madre.

A nivel nacional Rajoy nunca ha sido un líder carismático, de esos de gran tirón y atractivo corporal. Tampoco es un sex simbol, ni tan siquiera simpático. Es un hombre más bien gris, al que le confiaríamos nuestro plan de pensiones, la defensa de un pleito o las gestiones documentales.

La ruptura del bipartidismo, la irrupción de nuevas fuerzas mucho más populistas y de marcado carácter juvenil puede que al PP le obligue a esforzarse para adaptarse más, a nivel orgánico y a nivel mediático, a los nuevos tiempos que han comenzado en la política española.

Pero es que aquí de lo que se trata, no olvidemos, es de gestionar un país, España, no de quién nos parece más guapo, simpático o divertido. Por mucho que nos quieran vender la imagen de la solución a todos nuestros problemas al final todo se reduce a la gestión. Yo no me iría de cañas con el actual presidente, pero tampoco le confiaría mis ahorros, mi dinero a Pablo Iglesias, por ejemplo.

Publicado en ABC