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¿Por qué la población de oso pardo crece más en la parte occidental de la cordillera Cantábrica que en la oriental?

Los motivos podrían estar relacionados, según los expertos, con el hábitat, la mortandad, la comida o la fecundidad
Oso pardo
Imagen de un oso pardo en Laciana. / Fundación Oso Pardo

Los osos pardos de la cordillera Cantábrica, distribuidos en dos subpoblaciones; la occidental y la oriental corren distinta suerte. Mientras que en la parte occidental se estima que existen alrededor de 250 ejemplares, con treinta y cinco hembras reproductoras y sesenta y cuatro crías, en la oriental la cifra baja a unos cuarenta, con seis hembras y nueve crías.

Porque tal y como recogió el periódico El País, a pesar de los años de estudio, todavía no se han aclarado los motivos de las diferencias en el crecimiento poblacional de las dos subpoblaciones. Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP), centra el problema en el hábitat. “La montaña palentina es menos productiva por el tipo de comida. En otoño los osos dependen de los robles y las hayas, mientras que en la zona occidental cuentan con castañas, bellotas, hayas….Tienen mayor garantía para aguantar el invierno”, explica.

Por su parte, el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas), que también se dedica a la conservación del oso en la cordillera Cantábrica, achaca la explicación al hecho de que en la zona oriental la mortandad es mayor. “Hay un goteo continuo de muertes vinculadas a la actividad cinegética. Si fueran naturales no se localizarían los cadáveres, porque es un animal que se cobija si está enfermo o herido”, según confirmó Roberto Hartasánchez, presidente de la organización, al periódico El País.

Este “misterio” está siendo estudiado desde hace cuatro años por un grupo de investigación formado por expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Oviedo. Vicenzo Penteriani, responsable del equipo, considera que desde el punto de vista de los recursos, tanto en función de comida como de hábitat “no existe tanta diferencia como para explicar las desigualdades en el crecimiento de la especie entre ambas áreas”. Además sostiene que la productividad de las hembras es similar, por lo tanto, tampoco está ahí la razón de la disparidad en el número de ejemplares.

La FOP muestra sus dudas al respecto, porque sus investigaciones indican que las hembras cantábricas son menos prolíficas de lo que es habitual en la especie. Las osas occidentales vuelven a salir ganando, con un tamaño medio de camada de 1,87 cachorros, mientras que las orientales se quedan en 1,5. El biólogo de la FOP Fernando Ballesteros explica que sus técnicas pueden no ser muy sofisticadas, pero el hecho de contar con tantos años de observación –desde 1989- hace que sus datos sean “muy robustos”.

Ballesteros sostiene que la “tendencia de hoy es relativamente similar entre ambas poblaciones”. Una buena noticia a la que hay que añadir que ambos grupos se están mezclando, con alguna incursión de machos de la parte occidental a la oriental, constatada con análisis de heces y pelos.

La subpoblación occidental se extiende por unos 2.800 km2, desde los Ancares lucenses y leoneses hasta llegar casi a la zona central de la cordillera entre León y Asturias. Se estructura espacialmente en tres núcleos reproductores distintos: el más numeroso en los concejos asturianos de Cangas del Narcea, Degaña y zonas limítrofes de Ibias y en los municipios leoneses de Villablino, Palacios del Sil y Páramo del Sil; un segundo, que ocupa básicamente los concejos asturianos de Somiedo y Belmonte; y un tercer núcleo, también asturiano, asentado en Proaza y zonas limítrofes. En el año 2018 se estima que esta subpoblación está constituida por unos 250 osos.

La subpoblación oriental ocupa unos 2.100 km2 por la Montaña palentina, entre las cabeceras de los ríos Carrión y Pisuerga, y la Montaña oriental leonesa, con presencia consolidada en los montes cántabros de Campoo de Suso y Liébana y presencia más ocasional en terrenos del oriente de Asturias. Esta subpoblación presenta un núcleo reproductor consolidado en la Montaña palentina y zonas limítrofes de Cantabria y otro núcleo en Riaño-Valdeón, que tras desaparecer a mediados de los años noventa ha vuelto a recuperarse, con reproducción intermitente, en la primera década de este siglo. En el año 2018 se estima que está constituida por más de 40 osos.