La alcaldesa de Ponferrada, Gloria Fernández Merayo, anunció este lunes que la capital berciana opta a albergar la plataforma de distribución de los bancos de alimentos para el noroeste peninsular. Según avanzó la regidora, que hoy visitó las nuevas instalaciones del Banco de Alimentos del Sil (BAS), el Ayuntamiento oferta una parcela de 6.000 metros cuadrados en los terrenos del Cylog, el centro logístico de la ciudad, para instalar la nave desde donde se recibirían los envíos para posteriormente distribuirlos a las diferentes sedes de los bancos de alimentos del noroeste.
La oferta del Consistorio tiene como objetivo que la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal) escoja la capital berciana como centro neurálgico de sus actividades en el noroeste. “A veces no podemos dar todo el dinero que nos gustaría, pero sí podemos poner a disposición esta parcela”, explicó Fernández Merayo, que destacó la “buena sintonía” existente entre el Ayuntamiento y los responsables del BAS, palpable en hechos como la exención de tasas en favor de la organización, aprobada recientemente por el pleno.
Por su parte, el director de logística y almacén del BAS, Javier Anadón, recordó que el proyecto para instalar la plataforma de distribución del noroeste en Ponferrada está aún “por perfilar”. “Existen varias posibilidades de ubicación, pero tenemos muchas posibilidades porque la posición de Ponferrada es estratégica”; destacó Anadón. En ese sentido, el responsable del almacén valoró la oferta del consistorio como “un primer paso” y recordó que el objetivo final es “funcionar igual que una cadena de supermercados”.
En cuanto a los plazos para la puesta en marcha de las obras, Anadón recordó que “el calendario es flexible”. “Se cuenta con la inversión inicial, pero no con las personas. Antes de empezar a funcionar hay que formar al personal en temas de logística y almacenamiento”, explicó. Respecto a las inversiones necesarias, Anadón adelantó que “aún están sin cuantificar”.
Nuevas instalaciones
Por otro lado, los responsables del BAS aprovecharon la celebración de una jornada de puertas abiertas en el local de la entidad para presentar las nuevas instalaciones de la organización el los bajos del estadio municipal del Toralín. Las obras consistieron en unas mejoras de la infraestructura “absolutamente necesarias” para adecuar el almacén en cuanto a las condiciones higiénicas y sanitarias, así como para mejorar las condiciones de prevención de los riesgos laborales.
Al respecto, el responsable del almacén recordó que los fondos para costear los trabajos provienen de una donación de la entidad bancaria BBVA y de la Fundación Amancio Ortega a la federación de bancos de alimentos, que posteriormente se distribuyó entre cada una de las sedes. En Ponferrada, ese dinero se utilizó para instalar nuevos sistemas de extracción de aire, equipos para la limpieza de forma higiénica y una nueva carretilla autopropulsada.
En ese sentido, Anadón valoró la mejora que han permitido las obras en aspectos como las condiciones de almacenamiento, la logística o el aumento del periodo de conservación de los alimentos. “Todo ello redunda en una mayor calidad de lo que vamos a distribuir”, resumió el responsable del almacén, que subrayó que “ahora cumplimos las condiciones de cualquier almacén de distribución”.
Más de 7.000 familias atendidas
En lo que respecta a la cantidad de personas que cada mes reciben los servicios del Banco de Alimentos del Sil, el responsable del almacén anunció que la cifra “supera las 7.000 familias atendidas”. “Las peticiones de las asociaciones cada vez van a más y esa bonanza de la que nos hablan los políticos, aquí no la estamos viendo”, sentenció Anadón.
El BAS dispone de una plantilla de entre cuatro y cinco voluntarios fijos que colaboran con los repartos y recogidas de la entidad. Junto a ellos, una persona contratada como coordinadora de las actividades se encarga de organizar las actividades. Además, el BAS disfruta de una colaboración con el Ministerio de Justicia que permite que haya entre dos y tres personas que cumplen sus condenas en forma de trabajos en beneficio de la comunidad ayudando a los voluntarios del centro