La Fiscalía de Ponferrada ha solicitado la apertura de juicio oral ante la Audiencia Provincial de León contra varios acusados por su presunta implicación en una organización criminal dedicada al asalto de cajeros automáticos mediante el uso de explosivos. Según el escrito de calificación, el grupo operaba desde al menos 2016, ejecutando robos en diversas entidades bancarias y empresas, con un botín que supera los 138.000 euros.
El fiscal pide para cada uno de los acusados penas de 23 años de cárcel y 16.425 euros de multa por los delitos de tenencia ilícita de explosivos, robo de vehículos, robo con fuerza en las cosas, delito continuado de daños, falsedad en documento oficial y pertenencia a organización criminal.
Los acusados, que operaban de manera coordinada, tenían un reparto de funciones dentro de la organización: algunos se encargaban de la logística, proporcionando vehículos y alojamiento, mientras que otros ejecutaban los asaltos. En varios de los robos, utilizaron artefactos explosivos caseros para forzar la apertura de cajeros automáticos, causando graves daños materiales en las instalaciones bancarias.
Asaltos con explosivos y robos de vehículos
Entre los hechos imputados, destaca el robo cometido el 14 de diciembre de 2020 en una agencia colaboradora del Banco Santander, donde lograron sustraer 20.130 euros tras detonar un explosivo en un cajero. De manera similar, en mayo de 2021, asaltaron una sucursal de Caixa Rural Gallega y se apoderaron de 27.220 euros.
La banda también utilizaba vehículos robados para sus desplazamientos y fugas. En uno de los casos, sustrajeron un Alfa Romeo en una empresa de compraventa de coches y lo emplearon en uno de los asaltos, abandonándolo después tras empotrarlo contra unas rocas y vaciar un extintor en su interior para eliminar pruebas.
Además, la Fiscalía detalla que el grupo también se dedicó al robo de herramientas y maquinaria en empresas, así como a la falsificación de documentos de identidad y permisos de conducir.
Detención y pruebas incautadas
Los acusados fueron detenidos en octubre de 2021, cuando intentaban huir tras detonar un artefacto explosivo en una sucursal de Liberbank. En el momento de la detención, llevaban consigo 48.270 euros en billetes, herramientas de robo y teléfonos móviles en modo avión para evitar ser rastreados.
Durante los registros domiciliarios, se encontraron múltiples efectos sustraídos, como herramientas profesionales, documentación falsa y equipos utilizados para la fabricación de los explosivos.
La Fiscalía solicita penas de 23 años de prisión para los acusados por delitos de pertenencia a organización criminal, robo con fuerza, daños, tenencia de explosivos y falsificación documental. Además, se reclaman indemnizaciones por los daños causados, que ascienden a miles de euros.
El caso se resolverá en la Audiencia Provincial de León, donde los acusados se enfrentarán a las acusaciones del Ministerio Público.