PREMIOS MUJER 2024

Pastoral obrera

El primero de mayo, día del Trabajo, está inevitablemente asociado a las consabidas manifestaciones. Recuerdo que en los primeros años de la democracia, al menos en las cuencas mineras, me refiero más concretamente a Fabero, eran multitudinarias. Se da la circunstancia de que por aquel entonces las minas estaban a pleno rendimiento, apenas había paro en las cuencas mineras, y los salarios eran bastante altos. Pero había que manifestarse, más por razones políticas que económicas. Con el paso del tiempo estas manifestaciones del uno de mayo fueron decreciendo e incluso desapareciendo. En cierta lógica este año las cosas están tan mal, tan dramáticamente mal, que cabe pensar que tendría que haber unas manifestaciones muchísimo más concurridas. Y, sin embargo no ha sido así, sino todo lo contrario.

Todo tiene su explicación. Ni las manifestaciones ni las huelgas aportan solución alguna a los graves problemas del paro. Hay ya tanta saturación de protestas callejeras, que cada día provocan mayor indiferencia. Uno se acostumbra a todo. Pero, además, el problema no está en que los que tienen que enderezar la situación se sientan impulsados a tomar medidas, sino en saber qué medidas se pueden tomar y que éstas sean eficaces. ¡Qué más quisiera el Presidente del Gobierno que acabar con la crisis cuanto antes! No hace falta que le recuerden que hay que hacer algo. Por otra parte el descrédito creciente de los organizadores de las movilizaciones es otra causa del desinterés de las gentes.

Por supuesto que nada tenemos que objetar contra el derecho a manifestarse, pero es preciso abordar la situación de manera más realista y constructiva. No vale con lamentarse, sino que hay proponer iniciativas prácticas. En este sentido la Diócesis de Astorga ha querido aprovechar el primero de mayo para celebrar la Jornada Diocesana de Pastoral Obrera. Ha sido una jornada de oración y reflexión, presidida por el Obispo Don Camilo en el Colegio de San Ignacio de Ponferrada. Estaba abierta a todo el que quisiera asistir. Acudió aproximadamente un centenar de personas, especialmente comprometidas en el tema socio-laboral.

Ciertamente la Iglesia no tiene en sus manos ningún poder ejecutivo que le permita poner en marcha las medidas necesarias para solucionar los problemas laborales, pero no cabe duda que si se tuvieran en cuenta los criterios emanados de su Doctrina Social, las cosas irían de otra manera. Se trata de poner la centralidad en el bien de la persona y no en la mera rentabilidad económica, de no considerar al trabajador como una herramienta de trabajo. No es precisamente éste el criterio seguido por las llamadas leyes del mercado que algunos parecen haber elevado a la categoría de dogma de fe.

No obstante la Iglesia no se limita a dar doctrina, a predicar. Ya dice el refrán que no es lo mismo predicar que dar trigo. Concretamente en la ciudad de Ponferrada está ayudando en el momento presente a más de quinientas familias afectadas por la crisis. En esta Jornada de Pastoral Obrera ha estado también presente la Delegación de Cáritas. No olvidemos que Cáritas no es una simple ONG. Cáritas es la Iglesia misma, es la comunidad cristiana que ejerce el amor al prójimo de manera efectiva. Cáritas somos todos. Y a través de Cáritas podemos ayudar a muchas personas que lo están pasando mal.

Precisamente esta misma semana, el día cuatro de mayo sábado, tiene lugar en el Colegio del Espíritu Santo la Asamblea de Cáritas, a la que se invita a participar a todo el que lo desee. No se trata de solamente de pensar en la recaudación de fondos, sino ante todo de ayudarnos a tomar conciencia de los problemas y de que pensemos más en los que más lo necesitan. Lo importante es que no nos limitemos a protestar o a lamentarnos, sino a arrimar el hombro.