PREMIOS MUJER 2024

Pasión y flores

Las Cofradías de la Semana Santa de Castilla y León gastan desde 150 hasta 19.000 euros en la decoración de sus pasos
La vicepresidenta de la Asociación de Floristas de España, Maria de los Ángeles Fernández, en su floristería de Carrizo de la Ribera. / C. S. Campillo

Con la llegada de la Semana Santa, las diferentes cofradías ultiman la decoración floral de los pasos que recorrerán las calles de las ciudades de Castilla y León, algo en lo que llevan trabajando desde hace meses. Los adornos que acompañan a las tallas constituyen en algunos casos un coste importante para las cofradías, algo que contrasta con otras provincias mucho más austeras que apenas dedican coste alguno a la decoración floral. Las variaciones en esta materia suponen precios muy dispares que pueden ir desde apenas unos euros, en ocasiones incluso aportados por los propios cofrades, hasta cantidades que pueden rozar los 19.000 euros, según las informaciones aportadas por las cofradías que han colaborado con la Agencia de Noticias Ical.

El gasto general puede rondar de media en la mayoría de provincias entre los 300 y los cerca de 2.000, todo dependiendo del número de hermanos de cada cofradía, y en especial del número de pasos que hay que decorar en cada ocasión. De hecho, hay colectivos que no tienen gasto alguno en flores porque cuentan con uno o dos pasos y la escasa decoración que acompaña a las imágenes viene donada, o es aportación de los propios hermanos, o se basa en luces.

La Semana Santa más ostentosa posiblemente sea la de León, que en muchos aspectos se aparta de la tónica general de Castilla y León, conocida de forma mayoritaria por sus procesiones solemnes y austeras. El baile de los pasos a hombros de los ‘papones’, como se conoce a los cofrades de la Semana Santa leonesa, es una de las peculiaridades de esta fiesta en la capital leonesa, que cuenta además con pasos muy floridos.

Y como tal, la ornamentación de sus tronos también se sale de lo más frecuente en el resto de la Comunidad, con pasos muy decorados, lo que se traduce en un mayor coste de las flores, que puede ir en esta Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional, entre los 3.000 euros de las cofradías más pequeñas, hasta los casi 19.000 de las más grandes. Es el caso de la cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, para quien la ornamentación floral es “un aspecto realmente importante” que se ha convertido en “una seña de identidad”.

De hecho, esta cofradía destinó el año pasado a flores y ornamentos un total de 18.696,42 euros, una cuantía similar a la que se invertirá este año (desde la cofradía apuntan a una inversión de 13.000 euros más IVA para la decoración del paso del Nazareno en la procesión del Lunes Santo, y de los 13 pasos que recorren las calles de la capital leonesa el Viernes Santo en la principal procesión de León). Esto la convierte en la única de España en la que procesiona un número tan elevado de tronos y además propiedad de la cofradía -normalmente son las iglesias las que ceden las tallas, pero en este caso es la propia cofradía la que cede las imágenes al templo en el que tienen su sede, en la iglesia de Santa Nonia-.

Más austeras son las cofradías del resto de provincias de Castilla y León, donde se da protagonismo a la imagen por encima de la decoración floral que las acompaña, y cuyas tradiciones han servido para que hasta ocho fiestas cuenten con el reconocimiento de Interés Turístico Internacional -Zamora, Valladolid, Medina del Campo, Medina de Rioseco, Ávila, Salamanca, Palencia y León-, con el prestigio que ello conlleva.

Una de las más reconocidas a nivel mundial es sin duda la Semana Santa de Zamora, en la que el ambiente impregna a esta festividad en la que, sin embargo, no se hace un dispendio muy llamativo en flores. De hecho, las cofradías más numerosas -la de Jesús Nazareno, con 12.200 cofrades, y la de Nuestra Madre de las Angustias, con casi 5.000- invierten entre 2.000 y 3.000 euros en flores pese a ser hermandades “austeras” y gracias, en general, a un acuerdo firmad con floristerías de Zamora. En el caso de la primera cofradía, se incluye el adorno del quinario, el adorno semanal de la capilla y los centros enviados a las familias de los hermanos fallecidos, mientras que la segunda dedica el mayor gasto para la Virgen, a la que acompaña con rosas blancas o color champán.

Valladolid, conocida por la magnitud y espectacularidad de las imágenes de los pasos, de gran riqueza artística, opta en general por dar protagonismo a las tallas, que apenas van decoradas, de forma mayoritaria, con unos pequeños ramilletes, lo que reduce enormemente el coste hasta cantidades que pueden rondar los 3.000 euros en alguna ocasión, como la cofradía del Padre Jesús Nazareno, lo que contrasta con otras, como la Cofradía del Descendimiento, que no usa decoración floral alguna.

Entre las cofradías, hermandades y congregaciones salmantinas existe una gran variación en la inversión dedicada a arreglos florales y ornamentación de los pasos. La horquilla va desde la inexistencia de gasto en flores de la Hermandad Franciscana del Santísimo Cristo de la Humildad, que deriva el equivalente a la Custodia Franciscana en Tierra Santa, hasta los 2.000 euros destinados a flores de hermandades como la Congregación de Nuestro Padre Jesús Rescatado para sus dos pasos, o la hermandad del Santísimo Cristo de la Agonía, que divide dicha cantidad entre los cuatro pasos que procesionan durante la Semana Santa.

El resto de ciudades tienen un coste muy parecido en flores, bien porque compran a precio de mayoristas, como ocurre en el caso del Patronato de la Purísima Concepción, Santa María Magdalena y Ánimas Benditas del Purgatorio de Ávila. En Burgos el coste puede variar entre los 400 y los 1.700 euros, unas cuantías muy similares a las de Segovia, mientras que en Soria, con gastos muy parejos, alguna cofradía no destina inversión a la ornamentación.

Decoración concreta

Algunas cofradías tienen muy clara la decoración de sus pasos, como es el caso de la Cofradía de la Oración del Huerto y San Pascual Bailón de Valladolid, que no destina mucho adorno “por representar a un huerto” pero las que se incluyen son flores moradas “y lo más silvestres posibles”. Otros colectivos, como la Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli, en Ávila, varía la decoración cada año, que se lleva a cabo tanto por la aportación propia como por donaciones de cofrades, lo que hace que la cuantía sea diferente, al igual que las flores, que se eligen atendiendo también a factores como la climatología.

Pese a la escasez de flores de la Semana Santa de Palencia, que celebra su sexta festividad con carácter internacional, cada año se está dando mayor protagonismo a esta decoración floral, que suele ser variada en función de las cofradías, aunque resulta llamativo el aumento de presencia de flores exóticas, aunque en todo momento respetando que las que acompañan a la Virgen sean de color blanco o en tonos pastel. Llamativo resulta también el caso de la Cofradía del Santo Entierro de Soria, que lleva su paso adornado con 1.200 claveles rojos, mientras que la Cofradía de las Caídas de Jesús, también de la capital soriana, limita la decoración al uso de romero para sus pasos.

Reparto tras la procesión

El reparto de las flores que han acompañado a los pasos es algo más que una tradición en el caso de León, donde los ‘papones’ y miembros de las bandas de música esperan tras el desfile al desmontaje de los centros para llevarse a casa una pequeña parte de ese ornamento. De hecho, el aumento de hermanos en algunas cofradías, no hace posible que todos puedan disponer de una muestra de esa decoración, lo que obliga a las cofradías más numerosas a adquirir flores a mayores para que todos los participantes de la procesión tengan su ‘recuerdo, algo que también suele hacer la Real Cofradía de la Santa y Venerable Esclavitud ‘Cristo de los Gascones’ o la Hermandad Soledad Dolorosa-Cofradía del Recogimiento, de Segovia, entre otras.

Sin embargo, de forma mayoritaria, los centros que acompañan a las imágenes en la mayoría de capitales de provincia de Castilla y León van a parar luego al interior de las iglesias, donde permanecen junto a los santos y vírgenes hasta que las flores ya no están en condiciones para resultar vistosas.

También es frecuente que se repartan entre los compromisos familiares, de cofrades, de donantes o se depositan en los cementerios en honor a los cofrades fallecidos durante el año. El Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz de Ávila, dependiendo del excedente de flores, las ofrece a las hermanas carmelitas de La Encarnación, que en su momento les regalaron la reliquia de Santa Teresa que hoy van encastradas en uno de los oculillos de la Santa Cruz.

En Zamora, las flores también suelen ser para los ‘cargadores’ al final de la procesión, aunque la cofradía de Jesús Nazareno opta por que la decoración, en concreto tres centros, se destinen a la tumba del imaginero zamorano Ramón Álvarez, otro para la capilla de la Soledad y otro para mayordomos y junta directiva, que suelen cederlo para los hermanos fallecidos. En la cofradía del Santo Sepulcro de Valladolid, se deposita uno de los centros en una de las capillas de la iglesia de San Benito, a los pies del crucificado, donde permanece durante todo un año hasta el Triduo en honor al Santísimo Cristo del Consuelo.

Agosto para los floristas

Los floristas ven en la Semana Santa una de las fechas “más importante” del calendario, en especal en una Comunidad como Castilla y León en la que los pasos “salen muy bien decorados”. Así lo reconoce la vicepresidenta de la Asociación de Floristas de España, María Ángeles Fernández, que insiste en que “el que más o menos va a trabajar en Semana Santa” porque no solo se trata de las flores de las procesiones, sino también de la decoración de las propias parroquias.

Fernández apostilló que lo más frecuente en Castilla y León, en los casos de aquellos pasos que no solo procesionan un día, es que la decoración cambie de una jornada a otra. “No es del agrado de los cofrades que dos días diferentes el paso salga con la misma decoración” y puso como ejemplo una boda. “Es como ir a una boda con el mismo vestido y la misma gente”, además de que las flores se van deteriorando pro los propios movimientos del paso, por muy frescas que estén.

Es frecuente que las cofradías tengan ya sus acuerdos o sus floristerías de referencia, además de que es habitual que le propio profesional sea también partícipe de alguna cofradía o tenga alguna vinculación. “Hay cofradías que cuentan con gente que compran las flores y las instalan”, lo que permite abaratar gastos. Sin embargo, los floristas reconocen que, pese a que tienen “buena mano” y el resultado “aparentemente es bueno”, falla la técnica y la forma de colocar y pinchar las flores “no es la misma”.

Las rosas en diferentes tonos son las flores básicas más demandadas, pero también se piden horquídeas “para presupuestos más elevados” o el anthurium también se utilizan bastante, por ser flores que aguantan muy bien las inclemencias climatológicas, que es una tendencia generalizada en Castilla y León. Y no faltan, sobre todo para los presupuestos más pequeños, flores como las margaritas, los claveles o las gerberas, además de que hay cofradías que reclaman aquello que mejor va con cada paso, en cuanto a tonalidades y tamaños.

Y todo está muy pensado y preparado que los pasos lleven todos los años una decoración idéntica. “Repites colores, pero no la forma para que cada año sea diferente”, explica Fernández, pero también teniendo en cuenta si la procesión se desarrolla por la mañana, por la tarde o atendiendo al color del manto de la imagen.

Pero si algo influye en la elección de la decoración es la climatología, en especial en los últimos años. Lo habitual es que los floristas encargados comiencen a decorar los pasos dos días antes de su salida en procesión, y para ello cuentan desde hace tiempo con los pedidos cubiertos, al menos en una cantidad básica, que luego puede variar en función de las peticiones, porque la lluvia que algunos años ha afectado a la Semana Santa ha convertido a las cofradías en mucho más prudentes. Lo que no varía, es la ilusión de cada año.