Pablo Andrés Escapa reivindica en su nuevo libro la ingenuidad para “percibir lo maravilloso dentro de lo cotidiano”

César Combarros/ ICAL Siete años después de publicar ‘Voces de humo’, y cuando se cumplen once años de su debut literario con ‘Las elipsis del cronista’, el escritor leonés Pablo Andrés Escapa (Villaseca de Laciana, 1964) regresa a su tierra para presentar su tercer volumen de cuentos, ‘Mientras nieva sobre el mar’ (Páginas de Espuma, 14 euros). El libro, que presenta en la noche de hoy en la Librería Alejandría de la capital leonesa, reúne 14 relatos creados a lo largo de la última década, que cuentan con con un hilo conductor común: la ingenuidad.

“En los relatos subyace una apuesta común por la ingenuidad, por la idea de que no hay que estar de vuelta de todo, sino que hay que estar de ida y con los ojos muy abiertos para percibir lo prodigioso o lo maravilloso dentro de lo cotidiano. Algunos de los personajes son niños, en los que la capacidad de sorpresa y asombro es consustancial, pero en el caso de los adultos casi todos los protagonistas son gente que está dispuesta a creer en algo que está por encima de lo cotidiano y de lo normal”, detalla el autor a Ical.
Biliotecario de la Casa Real y responsable de Publicaciones de la Real Biblioteca del Palacio Real de Madrid, Escapa es también editor de la revista cuatrimestral ‘Avances’, de la institución, que atesora alrededor de 4.000 manuscritos, unos 140.000 impresos, una buena colección de mapas, una serie de publicaciones periódicas y un importante fondo de dibujo y de grabado. Reconocida como una biblioteca histórica “de las importantes en España”, fue fundada en 1711 y es la herencia de lo que fue en su día la biblioteca de cámara o privada de los Borbones, desde los tiempos de Felipe V.

Buena parte de ‘Mientras nieva sobre el mar’, seis de los catorce cuentos, está integrada por cuentos navideños, un género por el que siente especial simpatía el escritor, ya que cada año, en esa temporada estival, escribe un relato de ese tipo. “Los demás han ido surgiendo de distinta manera, pero luego cuando decidí juntarlos empecé a ver que había hilos comunes e hice algún ajuste entre ellos. Son conexiones sencillas, porque de alguna forma estaban ya latentes. Tras dejarlos un tiempo madurando, comienzas a ver que se pareen más de lo que uno cree cuando los estás escribiendo”, explica.

Pablo Andrés Escapa reconoce que los escenarios de su infancia y de León en general subyacen “en el trasfondo de muchos relatos”. “Un paisaje tan imponente como el de Babia o Laciana siempre está ahí, y si además tienes aficiones relacionadas con la naturaleza como la pesca, lo llevas dentro siempre. Llega un momento en el que el paisaje es un estado del ánimo, más que un elemento físico. Y desde luego está presente en los libros que yo escribo”, apunta.

El cuento y la forma

Escapa reconoce que es “un escritor que ha publicado tarde”, pese a llevar toda su vida escribiendo cuentos. Ya en sus tiempos escolares, en su Villaseca de Laciana natal, recuerda que cada vez que los maestros les pedían una redacción o un ejercicio, a él le salía de forma natural escribir un cuento. “Como lector mi primer recuerdo fue un relato de Pío Baroja que se llamaba ‘La sima’, que leímos en la escuela. Ese cuento me llevó a buscar el volumen concreto de ‘Vidas sombrías’, y de ahí vas a otros cuentistas. Con trece o catorce años para mí lo máximo era la Generación del 98, Baroja y Juan Ramón”.

“Luego vas creciendo, pasas por la literatura hispanoamericana y recalas inevitablemente en Borges, Cortázar y Rulfo. Luego pasé por Bioy, vuelves a España y ves que aquí hay una tradición que no es peor, y surgen Delibes, Fernández Santos y muy especialmente Cunqueiro y ‘Blanco amor’. En el panorama actual no podemos quejarnos. Hay un montón de gente nueva escribiendo cuentos y el panorama es muy floreciente”, argumenta.
En su opinión, “la revitalización del cuento en España ha sido posible gracias a un grupo de editoriales independientes, que apuestan por la calidad y está al margen del dictado del mercado y de otras modas”. “Su papel ha sido fundamental para que emergiera otra vez el cuento como género respetable, porque esa lucha en España no es de ahora. Siempre se ha visto como un género menor, como el descanso del novelista… Sin embargo, para los cuentistas serios y de fondo muchas veces el descanso es la novela. A mí por ejemplo me parece que exige menos”, reflexiona.