PREMIOS MUJER 2024

La organización de los productores es el gran reto de la castaña del Bierzo

La presencia del Torymus se está mostrando eficaz para el control de la avispilla del castaño en la comarca
Castaña del Bierzo
Pablo Linares. / QUINITO

La organización del sector primario mediante la agrupación de productores es el principal reto que se plantean los responsables de la marca de garantía Castaña del Bierzo, tal y como reconoció este jueves el director de la Mesa del Castaño, Pablo Linares, durante la presentación de la feria Biocastanea, que se desarrollará entre el 17 y el 20 de noviembre en la comarca.

Linares explicó que, mientras el sector industrial sigue creciendo con la implantación de nuevas empresas en Trabadelo o la ampliación de otras en puntos como Vega de Valcarce o Villafranca del Bierzo, “lo más difícil es la producción primaria por la atomización que existe. Tenemos a miles de personas que recogen sus castañas y es complejo avanzar en ese sentido”. El director de la Mesa del Castaño explicó que la implantación de asociaciones como Acasmed, Tres Valles o Valle del Oza contribuyen a solventar el minifundismo, ya que no es necesario que los propietarios se desprendan de sus castaños para formar parte de las mismas y obtener así mayores beneficios.

Por otro lado, Pablo Linares mostró su satisfacción por el funcionamiento de las sueltas de Torymus sinensis para controlar la plaga de la avispilla del castaño, señalando que ha habido un gran retroceso de la misma en las zonas donde primero se comenzó a utilizar el parásito.

En este sentido, Linares lamentó que “la mayor plaga de los castaños en el Bierzo son los incendios forestales”, por lo que incidió en la necesidad de mantener atendidos los sotos, ya que se trata de unos árboles muy resistentes al fuego, y también pidió la colaboración de las administraciones, poniendo como ejemplo las ayudas que da el Ayuntamiento de Carracedelo.

El director de la Mesa del Castaño recordó que el Bierzo cuenta con 18.000 hectáreas de castaños “viejos” y que se ha avanzado en los últimos años en la recuperación de sotos, hasta el punto de que “el castaño se mueve poco en el Banco de Tierras, ya que en cuanto entra alguno enseguida vuelan, o ni siquiera llegan a entrar, porque entre particulares acuerdan su cesión”.

En este sentido, señaló el “incalculable” valor patrimonial del castaño, “algo que los bercianos llevanos en nuestros genes”, tanto a nivel medioambiental como económico.