Las organizaciones profesionales agrarias (OPAs) de Castilla y León advirtieron este martes de que las medidas arancelarias anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podrían sacar del mercado a los productos de calidad de la región. Según alertaron, estos aranceles encarecerán las exportaciones, una situación agravada por la falta de una política europea firme para proteger los productos locales.
“Nos perjudican por los dos lados: nos imponen aranceles y, al mismo tiempo, abrimos las puertas a productos de terceros países”, denunció Donaciano Dujo, presidente de Asaja en Castilla y León. Sus declaraciones tuvieron lugar durante la presentación de la Feria Agraria, en la que estuvo acompañado por Aurelio González, secretario regional de UPA; Valentín García, presidente de UCCL Valladolid; y David Garrido, presidente de Coag en la misma provincia.
Dujo destacó que las primeras señales del nuevo mandato de Trump son preocupantes para Europa, España y, en particular, Castilla y León. Subrayó que la ausencia de líderes europeos, como Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en la toma de posesión de Trump, es un gesto que refleja la falta de sintonía con el continente. “Es evidente que no somos bienvenidos, y esto nos afecta porque la Unión Europea, al igual que España y nuestra Comunidad, es un territorio exportador”, explicó.
El dirigente agrario enumeró tres factores clave que generan incertidumbre en el sector: la rentabilidad de las explotaciones, marcada por los precios de los cereales, que han mostrado una leve mejora en las últimas semanas; las directrices que se anunciarán en febrero sobre la PAC 2027-2034, de la mano del nuevo comisario europeo de Agricultura, Christophe Hansen; y el impacto del acuerdo de la UE con Mercosur, que enfrenta posiciones divididas dentro de los países europeos.
Dujo advirtió que si estos condicionantes se resuelven de manera negativa, el sector agrario no dudará en salir a la calle en protesta. Sin embargo, también dejó abierta la posibilidad de cierta estabilidad si los precios de los cereales se mantienen al alza y algunos Estados miembros vetan el polémico acuerdo con Mercosur.
Especulación y desigualdad en los precios del cereal
Por su parte, Aurelio González, de UPA, lamentó las consecuencias de la especulación en el mercado de cereales, denunciando las diferencias de precio entre las zonas productoras de Castilla y León y los puertos comerciales. “Hoy mismo, en el puerto de Barcelona, el trigo se paga a 261 euros por tonelada, mientras que en nuestra Comunidad no llega a 228 euros”, aseguró, resaltando la diferencia de casi 33 euros pese a los costes añadidos de transporte desde el puerto.
“Es una especulación feroz por parte de las empresas”, criticó González, quien no descartó protestas frente a estas compañías si esta situación persiste.
Incertidumbre ante las políticas de Trump y Mercosur
Valentín García, de UCCL, expresó su preocupación por las posibles medidas de Trump, aunque confía en que, al igual que en su mandato anterior, no lleve a cabo todo lo que ha anunciado. “Si cumple lo que dice, nos podemos echar a temblar”, afirmó. Asimismo, apeló a la necesidad de unidad en Europa para hacer frente a los desafíos que plantean tanto las políticas proteccionistas de Estados Unidos como el acuerdo comercial de Mercosur, que enfrenta a explotaciones familiares con grandes multinacionales.
Aurelio González también criticó la “precipitación” con la que la Unión Europea firmó el acuerdo de Mercosur, describiéndolo como una estrategia para contrarrestar las políticas de Trump, aunque advirtió de los posibles efectos negativos que podría tener sobre el sector agroalimentario de Castilla y León.
Las OPAs coincidieron en que las políticas comerciales internacionales, sumadas a la falta de una estrategia firme por parte de la Unión Europea, dejan en una posición vulnerable a los productos agroalimentarios de Castilla y León. Ante esta situación, los representantes agrarios reiteraron su disposición a movilizarse si los condicionantes actuales no favorecen la estabilidad y rentabilidad de las explotaciones.
“El campo está en alerta. Si las condiciones empeoran, las protestas serán inevitables”, concluyó Dujo, reflejando la preocupación de un sector que considera crucial para la economía y la identidad de la Comunidad.