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El universo IV / Nuestra galaxia, la Vía Láctea

La Vía Láctea es una galaxia espiral de dimensiones colosales. Hasta mayo de este año se creía que tenía unos 100.000 años luz de diámetro pero ahora se ha descubierto que podría ser el doble
Figura 1. Los porcentajes indican la probabilidad de que haya estrellas del disco fuera de los círculos. El punto amarillo indica donde se encuentra nuestro sistema solar. Fuente: Representación artística “A Roadmap to the Milky Way” de R. Hurt, SSC-Caltech, NASA/JPL-Caltech.

Hoy nos acercamos a nuestra casa, la galaxia a la que hemos nombrado la Vía Láctea. Para las dimensiones que conocemos del universo, encontrase en LalVía Láctea es efectivamente estar en casa; pero pronto veremos que nuestra casa en el universo sigue siendo de una enormidad tal, que a día de hoy no podemos darnos un paseo ni por las zonas más cercanas. Prácticamente es como encontrarnos en el planeta Tierra y sólo poder salir a la puerta de casa, sin ni siquiera poder ir al final de la calle.

La Vía Láctea, como hemos visto en el capítulo anterior, pertenece a lo que hemos denominado el Grupo Local, un grupo de tres grandes galaxias (Andrómeda, la galaxia del Triángulo y la Vía Láctea), alrededor de las cuales orbitan otras galaxias de dimensiones menores (hasta un total de casi 40 galaxias). Todo este conjunto denominado el Grupo Local, pertenece al supercúmulo de Virgo, otro conjunto de mayores dimensiones con miles de grandes galaxias y otras más pequeñas orbitando a modo de satélites alrededor de las más grandes. En total unos 100 grupos denominados cúmulos de galaxias.

La Vía Láctea es una galaxia espiral de dimensiones colosales, hasta mayo de este año se creía que tenía unos 100.000 años luz de diámetro. Sí efectivamente, tardaríamos unos cien mil años viajando a la velocidad de la luz (unos 300.000 Km/s) en atravesar de lado a lado la galaxia. Pero investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y del National Astronomical Observatories de Pekín (NAOC) han estudiado los últimos datos de los proyectos APOGEE y LAMOST haciendo análisis estadísticos (estos proyectos obtienen información sobre la velocidad y composición química de las estrellas de las galaxias) y han concluido que nuestra galaxia podría tener en torno a 200.000 años luz de diámetro (Figura 1).

Figura 1. Los porcentajes indican la probabilidad de que haya estrellas del disco fuera de los círculos. El punto amarillo indica donde se encuentra nuestro sistema solar. Fuente: Representación artística “A Roadmap to the Milky Way” de R. Hurt, SSC-Caltech, NASA/JPL-Caltech.

Como hemos visto, las galaxias se componen de zonas de nubes de polvo, nubes difusas de gas a diferentes temperaturas, estrellas de masas y edades diversas y materia oscura. Normalmente las estrellas más viejas y frías se encuentran en el bulbo central de las galaxias, mientras que las estrellas más jóvenes se encuentran en los brazos espirales y en los discos de las galaxias elípticas.

Se estima que nuestro sol se encuentra más o menos a la mitad de distancia entre el centro galáctico y las partes más alejadas de este. Es decir, que según los últimos descubrimientos nos encontraríamos a unos 50.000 años luz del centro de la galaxia (Figura 1).

La Vía Láctea gira de media a unos 270 km por segundo (ya sabemos que las velocidades son diferentes en el centro y los bordes de las galaxias), por lo que completa un giro cada 225 millones de años aproximadamente.

Estos giros de la galaxia provocan variaciones que desde la Tierra están siendo recientemente descubiertas; como por ejemplo la relación entre las extinciones masivas producidas en nuestro planeta y diferentes lluvias de meteoritos que se hacen más intensas en periodos cíclicos de tiempo.

Michael Rampino, geólogo de la Universidad de Nueva York, y Ken Caldeira, científico en el Departamento de Ecología Global de la Institución Carnegie, han descubierto recientemente esta relación entre los cráteres de impacto de meteoritos en la Tierra y las extinciones masivas en nuestro planeta, incluida la gran extinción de los dinosaurios. Estos eventos cíclicos ocurren cada 26 millones de años aproximadamente (la Tierra tiene unos 4.600 millones de años de antigüedad).

Según sus estudios, es probable que los cometas situados en la nube de Oort que rodea nuestro sistema solar (hablaremos de ella en próximos capítulos) se vean alterados gravitacionalmente por estos giros de nuestra galaxia, lo que provoca que cada cierto periodo de tiempo caigan varios de ellos a la Tierra (Figura 2).

Figura 2. Las flechas indican eventos de extinciones masivas y los picos de la gráfica los ciclos de impacto de meteoritos (las estrellas indican los eventos de extinción de mayor magnitud). Michael R. Rampino, Ken Caldeira: “Correlation of the largest craters, stratigraphic impact signatures, and extinction events over the past 250 Myr. Geoscience Frontiers (2017).

 

Pero volvamos de momento a nuestra galaxia… como decíamos al principio, nuestra galaxia pertenece al Grupo Local, que a su vez pertenece al supercúmulo de Virgo, que a su vez pertenece a una estructura superior de “filamentos” denominados Grandes Murallas. Estas estructuras parecen ser la mayor acumulación de supercúmulos de galaxias que hoy en día se conoce y la estructura final (por ahora) del universo observable (Figura 3); lo que le confiere una forma semejante a una esponja con zonas de “vacío” y zonas donde se encuentran las acumulaciones de galaxias, polvo y gas.

Figura 3. Universo observable. Fuente: www.atlasoftheuniverse.com

 

Recientemente se ha descubierto una de estas mega-estructuras del universo observable. En noviembre de 2013 se pudo observar (gracias al satélite Swift y al Telescopio Fermi de rayos gamma) una estructura alargada que se denominó la Gran Muralla de Hércules – Corona Boreal. Se encuentra a unos 10.000 millones de años luz de la Tierra y se estima que tiene una distancia de un extremo a otro de unos 10.000 millones de años luz. Ocupa aproximadamente el 11% del universo observable, ¡alucinante!.

Gracias por acompañarme en este apasionante viaje, en los próximos capítulos nos acercaremos al sistema solar y a nuestro planeta y descubriremos cosas asombrosas.