PREMIOS MUJER 2024

Nicolás Solana

Me gustaría llenar de color magistral la columna de esta semana. Poner paleta cromada a estas líneas como recuerdo permanente a un maestro, que como todos los grandes dejó su germen de acuarela en un estudio de la plaza Fernando Miranda, en su casa, en su familia, entre sus amigos, y en los obras de tantos discípulos que pasaron por su escuela, en más de 50 años dedicado al oficio de la pintura. Yo sólo sé pintar con letras y con sonidos, pero Nicolás sabía hacerlo hasta sin pincel. Las vocaciones se reflejan en la cara de sus protagonistas, y mirar a la cara a Nicolás Solana, era mirar al realismo de un enamorado de la pintura, del dibujo, del arte, que emitía destellos de ilusión y contagiaba ese optimismo de un alma colmada de belleza. Nicolás fue muchas veces a la emisora. No le gustaba mucho recibir felicitaciones y halagos. Todo lo recibía con sencillez, en silencio… ese silencio que distingue a las personas que merecen a gritos reconocimientos y que rehúyen el ruido de lo público, con humildad. Esa era condición de Nicolás Solana. Lo demostró cuando recibió el premio Ciudad de Ponferrada de las Artes. El entonces alcalde, Carlos López Riesco, justificaba el premio definiendo a Solana, como un referente de labor, callada, pero de una gran calidad tanto personal como profesional». Nicolás, se mostraba sorprendido y abrumado. Se le estaba premiando por algo que a él siempre le había gustado hacer, pintar, y así lo demostró desde su niñez en Asturias, y con la composición de su primera acuarela cuando sólo tenía 12 años. Una pintura que plasmó en una chapa que encontró por casa y que todavía guardaba en su estudio. Solana, se enamoró del Bierzo y aquí se quedo. El mismo confesaba en una entrevista que en esta tierra nuestra, y suya de adopción, veía unos colores azules y unos tonos violáceos que no tenía ningún otro lugar. “Yo siempre he hecho lo que he querido, pintar. Dedicarme al arte y aunque ya con muchos años, no quiero dejar nunca este oficio de la pintura”. Esa era su pasión, la pintura y dedicación la enseñanza: maestro de artistas. La enseñanza que ha trasmitido a tantas generaciones de ponferradinos y bercianos. En su hijo Jorge, queda el mejor retrato del artista, y en sus manos muchos amaneceres, muchos sueños convertidos en acuarelas y la escuela de un padre que ha pasado al azul del cielo, donde le esperan otros colegas de profesión del Bierzo que se fueron antes, para seguir pintando con los ángeles en el azul inmenso.