EBD “Esto ya es una tradición”. Con estas palabras, tanto Miguel Yuma como Damián Tascón, presidente del Banco de Alimentos del Sil, daban la bienvenida, en el Mercado de Abastos, a las dos calabazas gigantes que Yuma ha donado a la ONG para repartir entre los ciudadanos a cambio de un donativo.
Y es que ya es el tercer año que este agricultor de Espinareda de Vega reparte kilos de solidaridad con el Banco de Alimentos. En esta ocasión, la donación ha sido de dos calabazas, una con un peso superior a los 300 kilos y otra un poco menor, de 225 kilos.
El propio Miguel Yuma explicaba que este año había plantado tres matas, “con el objetivo de conseguir el récord de España”, pero una de las calabazas, “la mejor que tenía”, comenzó a crecer muy deprisa -hasta 12 kilos por día-, tanto que la piel no aguantó y terminó reventando. “Cuando la sacamos hace mes y medio pesaba 315 kilos, es decir, que si hubiera seguido así estaría en 500 kilos”, aseguraba.
¿Pero cuál es el secreto para cultivar estas calabazas gigantes? Para Miguel Yuma es fácil: “tiene cierta técnica pero la base es precisamente meterle abono orgánico, porque si le metes abonos sintéticos la haces crecer tan rápido que revienta, se pierde”. Para esta mata de calabazas utilizaron 15.000 kilos de abono de caballo.
Por su parte, el presidente del Banco de Alimentos del Sil, Damián Tascón, ha asegurado que la gente responde a este tipo de iniciativas. “Se han dado cuenta de que esto es bueno para lo que estamos haciendo, para conseguir una labor eficaz”, señalaba.