María Luz Fernández Vázquez es de Bembibre, del barrio de La Estación, explica, y a sus pocos más de 30 años ya es un ejemplo para los jóvenes de su localidad, donde se sienten muy orgullosos de ella. Hoy vive en Madrid, donde trabaja en el hospital en el Gregorio Marañón. Allí se había especializado en cirugía general y del aparato digestivo. Acabó la formación en esta rama de la medicina el año pasado (fueron 5 de Mir) y tras pasar por otro hospital de Madrid y una temporada en Asturias, volvió a este centro. Recuerda que en Asturias estuvo “fenomenal” pero no le faltaron ganas de volver al Gregorio Marañón, dados el tamaño y la importancia que este tiene.
La suya es la unidad de calcinomatosis peritoneal. Esto significa, explica muy didácticamente, que se ocupan de aquellas personas a quienes se les extiende un cáncer por todo el abdomen. Abren, retiran todos los tumores que haya a la vista e incluso en ocasiones aplican un tratamiento (antes de cerrar) de quimioterapia para lo que no es visible. Estas intervenciones de cirugía pueden durar desde 4 a 8 o incluso 10 horas. Hay semanas que llega a tener en su agenda dos de estas operaciones.
Para llegar aquí pasó por la escuela de Medicina de Santiago y sus pasos anteriores son en el instituto Álvaro Yáñez de la capital del Bierzo Alto, donde todavía viven sus padres y su hermano, Marcos, y en el colegio Santa Bárbara. En este segundo, pudo dar hace no mucho una charla sobre vacunas que asegura que gustó mucho a los chicos. En su centro de secundaria, tiene la visita pendiente pues organizan jornadas sobre mujeres científicas y le han invitado y estaría encantada de participar. El problema es ajustar las fechas y eso no es fácil. Suele venir a Bembibre cuando puede, que es una vez cada mes y medio o dos, siempre en el tren. Esto es porque, cuenta, quedó harta de los buses en su etapa de estudiante y aunque el trayecto ferroviario de León a Bembibre a veces se hace un poco largo, entre la capital provincial y Madrid “no te enteras”.
Mariluz Fernández, una cirujana de orígenes humildes
Mariluz es la primera de su familia en dedicarse a la Medicina. Es hija de minero y ama de casa. Considera sus orígenes como los de una familia “humilde y trabajadora” y agradece el sacrificio que supuso para sus padres mantenerla estudiando primero los seis años de carrera y luego la preparación del Mir, que fue casi otro más.
La medicina es una carrera larga pero esta joven alegre y dicharachera tiene claro que con esfuerzo, es posible alcanzar las metas que se tienen. No se atreve a considerarse un ejemplo para la gente joven aunque le escogieron de pregonera el año pasado en las fiestas del Cristo. Su mensaje es que si uno se lo propone, “todo el mundo es capaz” de sacar una carrera como Medicina o una Ingeniería. Nuestra capacidad de partida es similar, considera; y el hábito de estudio y esfuerzo, algo que se entrena. A fuerza de estudiar, “memorizar lo que al principio te lleva una hora luego te lleva media”, recuerda. “Bembibre es un pueblo pequeño”, señala, “pero se puede salir muy bien formado”. Ella es la prueba.
Sobre lo de haber sido pregonera, que lo tomó con mucha ilusión y algo de nervios a la hora de preparar el discurso, dice que le parecía “demasiado reconocimiento”. “Tenía en mente que los pregoneros son gente con más trayectoria”, piensa, aunque finalmente le resultó “una buena experiencia”.
Esta joven de verbo ágil ya ha demostrado su valía en varias convenciones médicas. Se ha ocupado de presentaciones verbales y con apoyo visual y en una de ellas, en Santander, quedó reconocida como una de las 10 mejores. Participa habitualmente en este tipo de eventos, en los que se comparten conocimientos médicos y se dan a conocer avances en la investigación.
Técnicas de vanguardia en cirugía
Su trabajo, nos cuenta, necesita relacionarse con otras áreas del ámbito sanitario: para su labor de cirugía general y del aparato digestivo tiene que reunirse y trabajar codo con codo con personal de Oncología (médica y radioterapéutica), Radiología, Radiología Vascular… Se ocupa de problemas como el cáncer de colon pero también de apendicitis o de problemas que puede haber en el hígado.
La unidad en al que trabaja está especializada en quitar lesiones que provienen de una metástasis en el estomago, páncreas o hígado, “en toda la cavidad abdominal”, resume.
En esa cavidad perfunden a ciertos pacientes quimioterapia con el abdomen abierto para tratar ciertos tumores. Se hace después del trabajo minucioso de cirugía con el que se consigue eliminar lo que el médico puede percibir a simple vista. Después, en aquellos pacientes que cumplen ciertas condiciones, se vierte mediante unas cánulas líquido a 40 grados en el la cavidad abdominal y la quimio hace efecto en toda la zona. Son técnicas, nos cuenta esta berciana, que se hace en pocos centros. Asegura que esta citorreducción con hipec (así se llama) tiene más de una década pero que no se lleva a cabo en todos los hospitales.
Una carrera en desde Bembibre hacia la más avanzada cirugía
Mariluz reconoce que “en la vida no se sabe” pero, a corto plazo, sus planes de futuro pasan por quedar en un hospital grande, uno de esos “de tercer nivel”, que tienen todas las especialidades. De ahí que esté contenta de poder seguir en el Gregorio Marañón.
Lo quiere hacer con la perspectiva de seguir formándose, mejorando y aprendiendo técnicas nuevas. “La gente que me ha enseñado me cuenta que hace 10 años se hacían otras cosas”, cuenta esta joven cirujana. “Aquí nunca se deja de aprender, de estudiar”, dice sobre su oficio. Ese “espíritu de seguir aprendiendo” y ese afán de continuo avance parecen no faltar en esta mujer entusiasta y trabajadora nacida en Bembibre.
Fue en la capital del Bierzo Alto, durante sus estudios de secundaria, cuando decide dedicarse a la Medicina. Se combinaban dos cosas importantes: que le gusta ayudar a la gente y le gustaban las ciencias. El “estilo de vida activo” de una especialista en cirugía lo ve acorde con su forma de ver el mundo. “Creo que no me he equivocado”, dice antes de lanzar una sonora carcajada.
Su día a día va de la preparación de las consultas a las sesiones semanales con el resto de la unidad, que se revisan todos los pacientes. Cada uno de ellos pasará por un comité de tumores que orientará el tratamiento de forma de individual. Pasa visita, “vas al quirófano, vas a ver a los pacientes”… No para y le gusta. Habla con entusiasmo de incluso las guardias, cuando le llegan perforaciones, pancreatitis, apendicitis o complicaciones en planta.
Mariluz Fernández: feliz con su plena dedicación a la cirugía…
La cirugía solo la alejado de algunas cosas, que podrían ser deportes que “no puedo hacer por si me fastidio la mano”. Puede dar, por ejemplo, un paseo en bicicleta pero no le conviene lanzarse al campo a hacer rutas complicadas en mountain bike. Su vida es normal aunque no debe esquiar (lo cual dice que “tampoco me apasiona, así que no es un sufrimiento”). Y para el boxeo, que es algo que siempre le ha atraído, han encontrado como sustituto el body combat, que es una variedad que consiste “en darle al aire”.
Es algo fubotlera y de vez en cuando va al Bernabéu a ver “algún partido importante”. Se siente contenta en Madrid, vive cerca del trabajo, lo que es cómodo pues “al final haces la vida diaria en tu barrio”, y aprovecha los fines de semana para disfrutar de la extensa oferta cultural y de ocio y de entretenimiento de la capital. Y para participar en carreras, pues le encanta correr y siempre que quiere puede encontrar una competición en la que tomar parte.
…y enamorada de su Bierzo natal
Al Bierzo vuelve cuadrando en el calendario con las guardias. Pudo hacerlo en febrero para el Festival del Botillo, en su L Edición, cuando “comieron fenomenal” y lo pasó muy bien con todo el mundo allí reunido. Sus venidas más ordinarias incluyen una visita a su abuela paterna, en la residencia del Santo; y en ocasiones también a la materna, yendo hasta Carballiño, al norte de Orense capital, y volviendo en el día, uno de esos sábados que en vez de en el Gregorio Marañón se despierta en su barrio, el de La Estación, en Bembibre.
A la vuelta de sus venidas por la comarca, le dicen que se le remarca el acento. La tierra tira y dadas las otoñales fechas de esta entrevista, se le vienen a la cabeza inmediatamente las castañas cuando se le pregunta qué echa de menos. En Madrid, “hay puestos pero te venden por 3 euros 8 castañas y la mitad tienes que tirarlas”, cuenta con gracia. Cuando llega este tiempo, el de los magostos, piensa en ellos.
También en las peras conferencia o los pimientos, que no son iguales en la comarca que en lo que se puede encontrar en Madrid en el supermercado. Y como le apasiona la naturaleza, también se acuerda desde la capital de las rutas de senderismo, bien señalizadas, que cruzan los paisajes bercianos.
El éxito profesional acompaña a esta joven bembibrense tanto como el amor a su comarca de origen y escuchándola, parece que en lo venidero ambas cosas seguirán aumentando. Con 31 años, Mariluz Fernández es el orgullo de sus padres y de muchos de su pueblo, de donde salió para aprender más de ciencia y ayudar más a los demás. Su historia, que cuenta jovialmente, es un relato de esfuerzo y de mejora que no pierde de vista su origen familiar, el papel de sus educadores en Bembibre durante su formación y, en general, el cariño hacia su tierra.
Premios Mujer Bierzo 2023
El Ayuntamiento de Bembibre, con la alcaldesa Silvia Cao al frente, ha propuesto a esta cirujana berciana como nominada a los Premios Mujer Bierzo 2023 que organiza El Bierzo Digital. Estos premios buscan reconocer y galardonar la encomiable labor de todas las mujeres y, especialmente, de las de nuestra comarca. Es la tercera vez que el Ayuntamiento de Bembibre apoya esta iniciativa y en años anteriores pudimos conocer las historias de Consola Martínez y Charo Carpallo.
Un gran orgullo para la comarca.
Pero si hay que proponer candidatas a Premios Mujer Bierzo 2023, en el Hospital El Bierzo, trabajan cirujanas bercianas (y otras especialidades tanto en primaria como en hospitalaria) con carreras profesionales más largas y brillantes aunque menos conocidas, que día a día trabajan por y para los bercianos. Demos valor y visibilidad a los que nos cuidan.
Que no nos eclipse las luces de la gran ciudad.
Mi enhorabuena a esta joven berciana con origenes gallegos que se forja un futuro a base de esfuerzo y sacrificio..Enhorabuena a ese padre minero y a esa madre que de sus orígenes de gente trabajadora y humilde supieron dar prioridad a la educación de su hija.Felicidades!
Mi enhorabuena ! admiro esa gente que desde orígenes humildes logran brillar con su esfuerzo y duro trabajo. Felicidades a esos padres que con mucho esfuerzo en su trabajo,( conozco la dureza de la mina)supieron priorizar la educación de su hija.
Felucidades…Adelante!
Mi más cordial felicitación a Mariluz Fernández. Su merecidísimo éxito es el resultado de su gran inteligencia aunada con mucho trabajo y dedicación. Pero quienes la conocemos sabemos también que es muy buena persona (al igual que su hermano Marcos). Que se dedique a salvar vidas en su faceta profesional conecta totalmente con su bondad personal. Enhorabuena.
Me satisface Que sea Berciana deñ Alto Bembibre,y que estés en un hospital Cómo en el que estás Mi hijo se Operó hace años hay con el Equipo de Doctor De esa, de Un Tumor, Digestivo y con una Culitos, ulcerosa y le Estirparon el colon Grueso , Gracias por Tu Hermoso saber hacer en tu profesión Gracias por leer mi mensaje ZTE deseo Lo Mejor Feliz día
Mi felicitación a esta mujer que enorgullece a la sanidad pública de este país y también a esa educación pública que la ha llevado a ese puesto relevante.Deseo que siga brillando en su trabajo sanitario y que la defensa de nuestra sanidad pública sea su bandera que nos lleve como leoneses y gallegos a su reconocimiento social.
Eres un ejemplo de salvar vidas
Sin duda una gran trayectoria.
Aunque es triste que no se de luz a los profesionales que tenemos es nuestro Hospital El Bierzo. En él trabajan excelentes médicos, que sin estar en una gran ciudad, son unos grandes profesionales, que cuidan día a día de nosotros mismos y nuestros familiares. Aún con cargas de trabajo a veces inabarcables y condiciones precarias siguen ahí, cuidándonos. Nada tiene que envidiar nuestro hospital a los de las grandes ciudades.