PREMIOS MUJER 2024

Margarita se llama mi amor

Daba la impresión de que había muerto hace años, pero hace muy pocos días que se ha ido de este mundo. Y, casualidades de la vida, lo ha hecho en compañía dela Violetera.Talvez la gente más joven ya no sepa quién era Margarita Thatcher, también conocida por la “Dama de Hierro”. Al oír hablar de ella, con ocasión de su muerte, inevitablemente nos ha venido a la mente la idea de que ya podía gobernar España una mujer así. Y es que ejercer la autoridad, como la ejerció esta mujer, no tiene nada que ver con el autoritarismo. Tampoco significa despreciar o negar la democracia.

Decimos a esto a propósito de que en estos momentos en España se nota una gran crisis de autoridad. No se trata de quienes tengan mayoría suficiente para gobernar apliquen la apisonadora o el rodillo, sino que quiten de una vez los complejos y actúen con firmeza y valentía, de que no piensen solamente si sus decisiones les quitan o les aportan votos, que sean fieles a sus principios. Lo políticamente correcto suele ser a veces lo más incorrecto.

Pongamos algunos ejemplos:

– No se puede consentir que los terroristas nos gobiernen y vivan a costa de los contribuyentes, o que hay quien pueda aprovecharse de sus chantajes.

– No se puede tolerar que en nombre del independentismo haya quienes se nieguen a cumplir las leyes que son para todos los españoles.

– Es inadmisible que se sigan destruyendo miles de vidas humanas inocentes en virtud de ninguna ley. Es de cobardes seguir manteniendo la ley del aborto y financiando clínicas para matar.

– El derecho a la huelga no justifica los atropellos que a veces se cometen en nombre de dicha ley. Desgraciadamente instituciones que deberían estar llamadas por su propia naturaleza a la defensa de los obreros, a veces lo único que logran es cerrar empresas y destruir empleo. Hace falta una adecuada ley de huelga y cumplirla con decisión.

– A los corruptos que roban no se les puede dejar impunes mientras no devuelvan lo robado. A los delincuentes reincidentes no se les puede dejar en paz como si no pasara nada.

– Cuando el bien de la nación necesita medidas drásticas hay que tomarlas, aunque sean impopulares. No hay peor cosa que la indecisión.

– El buen gobernante ha de poner al menos el mismo interés en ayudar a los demás que el que pone para sus cosas.

– No se puede justificar la deslealtad que algunos manifiestan desde la oposición, ni la impunidad con que determinados grupos están actuando, insultando, agrediendo, intimidando. Si no hay una autoridad firme, esto se nos puede ir de las manos.

Por todo ello se echa mucho de menos a gobernantes con la entereza de la “Dama de Hierro”. En el fondo la gente es lo que quiere y así este apelativo dedicado en plan despectivo a la difunta política inglesa, llegó a convertirse en un elogio. Los grandes políticos son aquellos que, además de tener buenas y claras ideas, tienen coraje y decisión para llevarlas a la práctica sin dejarse intimidar por los demagogos de turno.