2005 – 58 / 2006 – 68 / 2007 – 71 / 2008 – 84 / 2009 – 68 / 2010 – 85 / 2011 – 67 / 2012 – 57 / 2013 – 57 / 2014 – 59 / 2015 – 64 / 2016 – 53 / 2017 – 44
Son las cifras del terror, de la sinrazón del machismo llevado al último extremo, de la vergüenza… Los machistas han asesinado en España a 835 mujeres en los últimos 13 años.
Cinco menos que todas las personas asesinadas por ETA en 42 años. Sin embargo, la sociedad en general sigue sin tener conciencia de la dimensión de este problema y todavía hay quienes dudan de que cuando hablamos de violencia de género hablamos de terrorismo machista. No se dan cuentan de que los machistas matan por su ideología, por su forma de pensar.
El machismo es terrorismo porque mata a mujeres y les mata en defensa del mantenimiento de una sociedad patriarcal que, a pesar de los avances, todavía continúa muy aferrada en nuestras mentes y en nuestra visión del mundo.
El terrorismo machista es difícil de combatir porque, por desgracia, el machismo forma parte de nuestra vida diaria, en el trabajo, en las familias, en los colegios… Está aceptado, lo hemos mamado y aceptamos conductas, a veces sutiles y otras más graves, que atentan contra la dignidad de las mujeres.
Pero cuando nos reímos ante comentarios de tipo sexual hacia una mujer en un contexto fuera de lugar y les llamamos piropos; cuando aceptamos que sobre la mujer debe caer la máxima responsabilidad del cuidado del hogar y de la familia; cuando aceptamos el sexismo en la educación, en el trabajo, en los medios de comunicación; cuando toleramos la desigualdad en las empresas y en los salarios; cuando, por hacer o no hacer, seguimos manteniendo ese techo de cristal insalvable para muchas mujeres…, en realidad estamos perpetuando una estructura en la que el radicalismo actúa y lo hace maltratando y matando a mujeres.
Por eso, es necesario que todos y todas reflexionemos cuando hablamos y actuamos para poco a poco ir eliminando esa estructura mental invadida por el machismo cotidiano, también llamado “micromachismo”. Porque, sin quererlo, estamos dando alas a los desalmados. No se lo merecen. Los machistas deben ser señalados y apartados de la sociedad. Deben sentirse solos.
Hoy es un día para reivindicar y, sobre todo, para acordarse de las víctimas. Nuestro corazón está con ellas, con sus familias, con sus hijos e hijas… Hoy como sociedad tenemos que pedirles perdón porque el sistema ha fallado y por eso es fundamental que los poderes públicos con competencias establezcan medidas de seguridad más eficaces para proteger a las víctimas.
Denunciar, cambiar de casa, de pueblo, cerrar con llave, caminar vigilando su espalda…, así vivía Jessica…, todos los días, cada momento. Sin embargo, su ex marido incumplió la orden de alejamiento y el juez no lo envió a prisión. Cuatro denuncias por violencia de género no fueron suficientes porque el 9 de noviembre le disparó a Jessica Bravo a la puerta del colegio, ante su hijo y otros niños y niñas.
¿Qué más pudo hacer Jessica para salvarse? En este caso, y en otros muchos, fracasa la sociedad, la política, la policía, la justicia… También es el fracaso de quienes hablan continuamente de denuncias falsas, de quienes les ríen las gracias a los machistas o justifican las agresiones culpando a las mujeres por su manera de vestir o de ser, o porque iban solas por la calle…
Si logramos avergonzar a quienes se ríen, si no permitimos este machismo cotidiano, empezará el principio del fin de la violencia de género porque los machistas encuentran en esos “micromachismos” su caldo de cultivo, el impulso para actuar y sentir que hacen lo correcto.
Hoy en El Bierzo nos sumamos al grito ¡Ni una menos!