PREMIOS MUJER 2024

Luz y taquígrafos para el Mundial

 

Cientos de  casos de corrupción están siendo investigados ahora mismo en toda España. Ayuntamientos, diputaciones, gobiernos autonómicos, empresas públicas, fundaciones, sociedades de todo tipo y miles de empresas privadas están siendo investigados por presuntos delitos de tráfico de influencias, malversación, cohecho, prevaricación y delitos similares. España es una auténtica olla a presión. No en vano, el cómo combatir la corrupción antes de que se haga endémica es uno de los temas fundamentales que estos días centran las negociaciones al más alto nivel para conformar un Gobierno estable en Madrid.

Ahora le toca el turno a Ponferrada y a su ya famoso Mundial de Ciclismo del año 2014, organizado por el Ayuntamiento a través de la Fundación del Deporte. En el seno del Ayuntamiento hay un intenso debate sobre la oportunidad de constituir una comisión de investigación sobre las cuentas del Mundial. Lo que sucede es que casi dos años después de su clausura aún no se han cerrado esas cuentas, es decir no se puede presentar un balance económico definitivo, por lo tanto es muy difícil investigar algo que no está cerrado. Esa es la excusa.

Lo que sucede es que la realidad es más terca que la ficción y mucho más avanzada que la capacidad de decisión de los políticos. Así, tanto la Agencia Tributaria como el Consejo Superior de Deportes ya se han adelantado y han solicitado esas cuentas que no se acaban de cerrar o de cuadrar. Que no es lo mismo. Algo huele mal en Ponferrada y no son precisamente las aguas del Sil.

La demora en cerrar unas cuentas sólo sirve para acrecentar las sospechas y para que las instituciones nacionales se pongan nerviosas no  vaya a ser que, al final, les salpique un posible escándalo. Otro. No está el mundo del deporte para muchas más amenazas sobre su limpieza y buen hacer. De ahí la urgencia. No se trata de condenar a nadie de antemano ni de poner en duda ninguna gestión. Se trata de rendir cuentas con transparencia y lógica. No en vano estamos hablando de dinero público. El Mundial se merece luz y taquígrafos.

Ponferrada debe evitar por todos los medios que se instale sobre su Ayuntamiento la más mínima sombra de duda. Va en ello el prestigio y la credibilidad de  muchas personas y de otras instituciones colaboradoras. En un momento de crisis política institucional y económica, Ponferrada no debe contribuir a aumentar un poco más el descrédito de las instituciones y las sospechas sobre sus gobernantes.

Al actual Ayuntamiento no le queda más remedio que colaborar, cerrar inmediatamente las cuentas del Mundial de Ciclismo, remitirlas a los órganos fiscalizadores y exponerlas a la crítica pública. Y si hay algo irregular, pues que se deriven las responsabilidades oportunas, con el consabido caiga quien caiga ejemplarizante. Y si todo es correcto, pues que el Ayuntamiento las exhiba como una demostración de buena gestión, ética y eficaz administración de los recursos públicos.

Cuanto más tarde en tomar una decisión, peor. Mayores sospechas y menos capacidad de reacción y de respuesta. Ah, y mayor riesgo de crisis política. Una más.