“Los nueve” de la Diócesis

CARLOS BLANCO/EBD  El pasado domingo 13 de Octubre tuvo lugar en Tarragona el acto de beatificación más masivo de toda la historia. 522 religiosos asesinados en la Guerra Civil Española fueron beatificados en una ceremonia a la que asistieron 25.000 personas y participaron numerosos miembros de la comunidad religiosa. La celebración comenzaba con una filmación del Papa Francisco en la que –si bien no presencialmente- se sumaba a la apoteosis con unas palabras  esperanzadoras: “Imploremos la intercesión de los mártires para ser cristianos con obras y no de palabras; para no ser cristianos barnizados de cristianismo pero sin sustancia. Ellos no eran barnizados, eran cristianos hasta el final”.

La Diócesis de Astorga, presente

¿Por qué en Tarragona? El acto se celebró en la ciudad catalana por tener la causa más numerosa, con 147 mártires; también por lugar de nacimiento, seguida de Burgos y, en menor medida, de la Diócesis de Astorga. En concreto, nueve de los ya beatos eran naturales de distintos puntos de la diócesis astorgana.
Se trata del Padre Leoncio, de nombre Eladio López Ramos, natural de Laroco. Fue martirizado el 8 de agosto de 1936 en Madrid; la hija de la Caridad, Sor Ramona Cao Fernández, natural de A Rúa de Valdeorras, martirizada el 12 de agosto de 1936 en Entrevías (Madrid); el claretiano, Tomás Cordero Cordero, natural de Robledino, martirizado en Fernán Caballero (Ciudad Real) el 28 de julio de 1936. También Segundo Pérez Arias, natural de Armellada, fue martirizado en Jove (Asturias) el 14 de agosto de 1936 al igual que Ezequiel Prieto Otero, natural de Saludes de Castroponce; el Padre Domitilo, Felipe Llamas Barrero, natural de Ayoó de Vidriales, martirizado el 6 de septiembre de 1936 en Gijón. Alejo Pan López, natural de Santibáñez, martirizado en Santander el 27 de diciembre de 1936. Completan la lista de los nueve Pablo Merillas Fernández, natural de Alcubilla de Nogales, martirizado en El Escorial el 14 de enero de 1937 y el Hermano Domingo Ciriaco, Dionisio Domínguez Martínez, natural de Villoria de Órbigo, martirizado en Madrid el 20 de abril de 1937.

El acto tuvo lugar en el Complejo Educativo de Tarragona —la antigua Universidad Laboral— siendo presidido por el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato; el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco, y el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol. Además, Camilo Lorenzo Iglesias, Obispo de Astorga, también participó en el mismo.

Una beatificación con polémica

La celebración no quedó libre de polémicas. Sectores religiosos y no religiosos manifestaron su inconformismo revelando su oposición hacia el festejo porque podría convertirse en un “acto de exaltación españolista” -a causa de tener lugar la jornada después al día de la Hispanidad- los primeros; vinculando el acto a un movimiento en contra de la memoria histórica –al haber apoyado la Iglesia la dictadura franquista- los segundos.

Fuera como fuese, estos religiosos ya se pueden sumar a los 1.001 muertos del siglo XX que hoy por hoy han sido beatificados en España, según datos de la Conferencia Episcopal Española.