A partir del 1 de enero de 2021, Sacyl eliminará la aportación de los pacientes que precisen medicamentos que están autorizados en otros países pero no en España. De este modo, los llamados ‘medicamentos extranjeros’ comenzarán a ser gratuitos en Castilla y León, con el objetivo de que el sistema sea más accesible para estas personas, más en tiempos de COVID-19.
Así figura en una instrucción conjunta de la Secretaría General de la Consejería de Sanidad y la Gerencia Regional de Salud para actualizar el procedimiento para la tramitación y financiación de estos fármacos a través de receta médica en el ámbito de Castilla y León, a la que ha tenido acceso Ical, y que actualiza y adapta a la normativa vigente el procedimiento para su adquisición, suministro, entrega y financiación.
Lo cierto es que representan una pequeña parte de los envases dispensados por receta en el conjunto de Sacyl, un 0,04 por ciento, pero que en cifras absolutas el año pasado se elevaron a 21.815 envases, con un impacto en la factura farmacéutica, sin contar la aportación, de 616.772 euros, un 0,097 por ciento del gasto total de la Gerencia a través de receta.
Pese al arsenal de fármacos y de principios activos, en ocasiones hay pacientes muy específicos, por ejemplo con cuadros de alergias, para cuyo tratamiento no existe una alternativa adecuada en España, pero sí en otro país. En estos casos, el facultativo puede recurrir a los ‘medicamentos extranjeros’, siempre que exista justificación y bajo la autorización expresa de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Entre otros ejemplos, a través de este procedimiento, se suministran medicamentos como Mecrapina, un antiparasitario para la amebiasis, una infección poco frecuente en España que afecta al intestino grueso y que causa una ameba. También, el antipalúdico Mefloquina; Etosuximida en jarabe, que es un antiepiléptico para dosificación en pediatría, ya que en España sólo se comercializan comprimidos para adultos; y Dapsona, un medicamento para la lepra. En algún caso se ha importado para tratar el bocio Levotiroxina, un fármaco sin lactosa, ya que en España todas las presentaciones contienen este excipiente que no es adecuado para las personas con elevado grado de intolerancia.
Procedimiento actual
En la actualidad, el proceso es bastante complicado. El paciente debe presentar una petición al Servicio Territorial de Sanidad de su provincia, junto con el informe del médico responsable. Una vez que la Agencia Española de Medicamentos autoriza la importación del medicamento, el laboratorio suministrador lo envía al Servicio Territorial y éste contacta telefónicamente con el paciente para que acuda a dicho Servicio, donde se le entrega un documento para el ingreso de una tasa en una entidad bancaria.
En el caso de los pacientes de Sacyl, esta tasa se corresponde con la aportación asignada en función del medicamento y el tipo de usuario. Una vez ingresada la tasa, con el justificante del banco, se le entrega el medicamento en el Servicio Territorial de Sanidad.
Como cualquier otro ingreso bancario y dependiendo de la entidad, se plantean dificultades como el horario de caja, el ingreso a través del cajero y en tiempos de confinamiento, buscar una oficina bancaria abierta de la entidad en la cual corresponda hacer el ingreso, explica a Ical la directora técnica de Prestación Farmacéutica de Sacyl, Nieves Martín Sobrino.
Además, en el caso de pensionistas es frecuente que la aportación satisfecha para adquirir el medicamento extranjero le sea finalmente devuelta si se supera el límite de aportación mensual.
Con la entrada en vigor de la instrucción, todo el proceso se simplifica, primero para el usuario, pero también para el facultativo. Al no tener que abonar el precio del medicamento, el proceso administrativo se limita a aportar la receta de Sacyl; acudir al Servicio Territorial y recoger después el medicamento.